El Barça se trabajó una victoria (81-73) de prestigio este miércoles ante el CSKA de Moscú en la décima jornada de la Euroliga, un choque de altos vuelos en el Palau Blaugrana que supo remontar el cuadro azulgrana en un gran último cuarto.

Los de Sarunas Jasikevicius ofrecieron una actuación de las que crean afición ante un público entregado que llenó su pabellón como en tiempos antes de pandemia. Tras la derrota liguera ante el Valencia, el Barça recuperó el tono y el colmillo para igualar a Real Madrid y Armani Milan en lo alto de la tabla (8-2).

El choque de titanes, a pesar de la poca rotación en los rusos, dejó un primer cuarto pobre (13-13), del que despertó antes el Barcelona gracias a Kuric (36-24). Los locales dieron ritmo a su ataque con la movilidad de Calathes y los visitantes irrumpieron en el tercer cuarto, con una tromba de triples de Voigtmann y Shengelia.

El acierto exterior llegó con las torres moscovitas, cuatro y dos triples cada uno, y el CSKA endosó un tercer cuarto de 13-33, hasta uno a la remanguillé y sobre la bocina de Grigonis (51-60). El cuadro ruso se puso duro en defensa y el Barça se vio contra las cuerdas, más si cabe con la lesión de Calathes.

Con el ambiente caldeado y el Palau apretando, Mirotic (21 puntos y 8 rebotes) y Davies (14), bien vigilado hasta el último cuarto, tiraron de los suyos junto a un valiente Jokubaitis. Al hispano-montenegrino lo encontró bien Laprovittola y el gancho del americano resolvió más de un atasco en zona. Los triples abandonaron al CSKA en mal momento y el Barça devolvió el golpe (30-13) para dejar a los de Itoudis con un discreto 5-5 en la tabla.