Los cuatro aeropuertos de Castilla y León registraron un 66,87 por ciento menos de viajeros en 2020 que un año antes, puesto que fueron utilizados por 116.163, frente a los 350.659 de 2019. Por tanto, los aeródromos de la Comunidad contabilizaron 234.496 usuarios menos en un ejercicio marcado por el COVID-19 y las restricciones a la movilidad, según los datos publicados hoy por Aena.
De esta forma, el aeropuerto de Valladolid cerró el pasado ejercicio con una caída del tráfico de viajeros del 71,24 por ciento al contabilizaron 71.685, es decir 177.539 menos que un año antes. También anotó un descenso del 71,81 por ciento la base de León, que contabilizó 18.600 pasajeros, 47.382 menos, y Salamanca, del 86,77 por ciento, hasta los 2.350.
Por el contrario, el aeropuerto de Burgos sorprendió con una subida del tráfico de viajeros del 33,02 por ciento, hasta los 23.528, es decir, logró elevar el registro de 2019 en 5.841 pasajeros. Además, sus operaciones crecieron un 251,38 por ciento, hasta las 11.318.
Sin embargo, de media, los aeropuertos de la Comunidad gestionaron un 7,96 por ciento más de vuelos, con un total de 23.511, gracias al aumento de la base de Villafría que en 2020 atendió 8.097 operaciones más. Por el contrario, se recortaron un 49,86 por ciento en Valladolid, hasta las 2.843; un 31,4 por ciento en León, hasta las 1.890, y un 26.3 por ciento en Salamanca, hasta las 7.460.
Respecto al movimiento de mercancías, disminuyó en la Comunidad, puesto que Burgos registró el paso de 56 kilos y Valladolid, de 5.551.
Descenso generalizado
Asimismo, los aeropuertos de la red de Aena cerraron 2020 con 76.064.322 pasajeros, un 72,4 por ciento menos que el año anterior; 1.101.185 movimientos de aeronaves, un 53,4 por ciento menos; y 787.848 toneladas de mercancías transportadas, un 26,3 por ciento menos que en 2019.
De la cifra total de pasajeros registrada, 75.641.258 correspondieron a pasajeros comerciales, de los que 33.754.971 viajaron en vuelos nacionales, un 60,6 por ciento menos que en 2019, y 41.886.287 lo hicieron en rutas internacionales, un 77,8 por ciento menos.
El descenso del tráfico de pasajeros se debió a las restricciones a la movilidad tanto en España como en el resto del mundo provocadas por la propagación del COVID-19 desde el pasado mes de marzo y que aún persisten.