Jesús Sánchez Galán (Ávila, 1962) es uno de los imprescindibles del campo educativo en la provincia de Ávila. Hay una canción que dice aquello de que 20 años no es nada, pues en el caso de nuestro entrevistado, 35, tampoco lo son. La ilusión, asegura, permanece intacta y cada día se levanta casi ansioso de ir a estar con los suyos, sus queridos alumnos. Son adultos, aunque hubo un tiempo, hace ya muchos años en que  tuvo ocasión de estar al lado de los niños.Pero de eso hace mucho, cuando el Centro de Educación de Adultos estaba en un aula del colegio de El Tiemblo y entonces si tenía que cuidar a los más pequeños, también lo hacía. Ahora bien y «no es por nada», cuenta, pero «a día de hoy no me imagino trabajando con ellos».

Demuestra ilusión y demuestra devoción por los alumnos porque no es de extrañar verle con ellos cuando las clases han terminado. Son muchos, de enseñanzas muy variadas que en algunos casos, en la inmensa mayoría, cambian cada año, pero que en otros permanecen. Esto es: «Hay a quien no le compensa o sencillamente no quiere aprobar». Nos explicamos, no es una cuestión de vaguería o de no querer estudiar, es diferente. Es el hecho de querer salir de casa y estar con gente, compartir vivencias. Y es que no cabe duda de que en los pueblos de manera muy generalizada, pero mucho más en la provincia de Ávila (por aquello de que está muy envejecida), es más que necesaria esa socialización, ese obligarse a salir de casa, estar con gente, hablar, vivir en una palabra.

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

De Ávila lo primero que me viene a la cabeza son montones de gratos recuerdos de la familia, la infancia, la juventud, de mis años de estudiante, de los amigos.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Lo que más me gusta es la tranquilidad con que se vive en Ávila, el poder pasear a cualquier hora y disfrutar de su rico patrimonio artístico y monumental, sobre todo La Muralla, siempre me ha llamado la atención la zona del Arco del Carmen, La Espadaña, que podemos contemplar desde este magnífico edificio de “El Lienzo Norte”.

¿Y lo que menos?

El clima tan frío de los inviernos abulenses, aunque es una contradicción porque me encanta Ávila nevada,  sobre todo si no tuviésemos que conducir.

Un lugar para perderse

En Ávila capital es bonito perderse por cualquiera de sus calles del casco histórico y en la provincia un lugar ideal para perderse y a la vez disfrutar de la naturaleza es El valle de Iruelas, Embalse del Burguillo y sobre todo “El Castañar” de El Tiemblo, donde no podemos dejar de visitar: “El Abuelo” un castaño milenario, sus rutas, sus refugios en definitiva un lugar de ensueño al alcance de nuestra mano.

Un recuerdo de la infancia

Los días de escuela y juegos con los amigos en el patio del Colegio Nacional de Prácticas “Aneja”, hoy CEIP Claudio Sánchez Albornoz,  unos momentos que me marcarían tanto como para acabar estudiando magisterio.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Yo reseñaría dos: Santa Teresa de Jesús, mujer avanzada para el tiempo que le tocó vivir, y que nos demostró su perseverancia para conseguir sus sueños y levantarse cada día con miles de motivos por los que luchar. Y un cebrereño, Adolfo Suárez, que nos enseñó eso que tanto falta en la política actual, el respeto a los que no pensaban como él, y la fuerza que tiene el diálogo para llegar a acuerdos, haciendo así posible la concordia de un país en momentos difíciles. 

El mayor cambio que necesita Ávila es…

Creo que Ávila necesita mejorar sobre todo en dos aspectos fundamentales: el primero la creación de empleo, es imprescindible que todos los políticos de Ávila, se conciencien de que su principal objetivo debe ser la mejora y creación de nuevos yacimientos de empleo, intentando conseguir nuevas industrias para Ávila. 

Por otra parte, Ávila necesita mejorar sus vías de comunicación en general, tanto en la posibilidad de desplazamiento de sus gentes, por carretera, ferrocarril… como de comunicación a través de Internet con el despliegue de fibra óptica en todos los pueblos de la provincia.

Y tiene que mantener…

No solo mantener sino también mejorar en lo posible las políticas de turismo, dada la riqueza cultural, gastronómica, histórica y patrimonial que hacen de Ávila un lugar privilegiado.

¿Qué le parece la ciudad hoy día?

La ciudad de Ávila ha experimentado importantes cambios, muchas veces fruto del progreso en general, por ejemplo con nuevos elementos de iluminación que resaltan nuestro patrimonio monumental haciendo la ciudad más atractiva  a los ojos de los visitantes, el mantenimiento de sus parques y jardines, la peatonalización de la zona centro…

En definitiva Ávila es una ciudad ideal para vivir, dada su tranquilidad, su seguridad y su dimensión que hace que toda la gente se conozca y se pueda mover por ella sin problemas. 

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Si no se soluciona el problema del empleo, Ávila seguirá poco a poco perdiendo población activa, lo que causará un envejecimiento de su población. Por lo tanto vuelvo a insistir en la necesidad de que los responsables públicos se conciencien que su obligación es trabajar para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, principalmente creando las condiciones idóneas para  la creación de un empleo digno y de calidad.

¿Qué puede aportar a la ciudad?

Pienso que no soy una persona que pueda aportar muchas cosas a la ciudad, pues mi labor se centra más en la provincia, en la zona del Valle del Alberche y Tierra de Pinares donde, cada día, intento aportar toda mi ilusión, mis ganas trabajar y mi experiencia en la Educación de Personas Adultas, intentando  ayudar a mis alumnos en su acceso al mundo laboral, a fomentar su participación social y a elevar su nivel educativo.