Un ciclón en la tormenta

SPC
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Alonso deslumbra en EEUU tras ganar en Daytona y destapar el tarro de las esencias al dejar tres turnos al volante del Cadillac que serán recordados durante mucho tiempo

Un ciclón en la tormenta

La clase y el talento de Fernando Alonso permitió al automovilismo y deporte español el pasado domingo ser protagonistas de otro triunfo histórico, esta vez como ganador de la prueba de las 24 Horas de Daytona, primer campeón de Fórmula Uno que lo consigue en el actual formato.

Anteriormente, la habían ganado también los campeones del mundo estadounidenses Phil Hill (1964) y Mario Andretti (1972), pero corrieron cuando la prueba no duraba 24 horas.

El asturiano, de 37 años, lo logró apenas unos meses después de haber dejado de competir en el ‘Gran Circo’, donde fue bicampeón, y tras anunciar su retirada, mientras que era apenas también la segunda vez que participaba en la prueba más importante de resistencia de la temporada automovilística en EEUU.

Como ya es habitual en su ritual ganador, lo primero que se enfundó el ovetense mientras disfrutaba de una celebración histórica fue la bandera de España, que se colocó sobre sus hombros.

Antes de que eso sucediese, Alonso había sido el gran protagonista con su equipo Waynte Taylor Racing y el monoplaza Konica Minolta Cadillac DPi No.10, al completar tres relevos de ensueño y ponerlos en todos de líderes, el último, el decisivo y ganador.

Sus compañeros, el estadounidense Jordan Taylor, hijo del dueño del equipo (Wayne), que también se puso sobre los hombros la bandera de su país, el japonés Kamui Kobayashi y el holandés Renger Van der Zande, habían realizado también una gran labor.

Pero no sería hasta que se dieron las genialidades de Alonso, que comenzó como segundo piloto, que el equipo mostró todo el potencial competitivo y ganador que tenía y que habían reivindicado en las declaraciones que hicieron antes que diese comienzo la carrera.

El primer éxito del español se dio cuando nada más subirse al monoplaza para darle descanso a Taylor pasó del noveno puesto al primero, posición en la que dejó a Kobayashi, que la defendió.

La historia se repitió en su segundo turno, aunque esta vez era la cuarta posición en la que había bajado Taylor y, de nuevo, el asturiano, en medio ya del caos generado por la lluvia torrencial que provocó decenas de trompos y choques, sorteó todos los peligros y mantuvo al equipo competitivo y preparado para el gran triunfo.

Pero la culminación de su gran labor se dio en lo que sería su tercero y último relevo, cuando peor estaban las condiciones en la pista del circuito del Daytona Internacional Speedway, y con un temple, aplomo y, sobre todo, valentía, aprovechó al máximo el grave error que cometió Felipe Nasr al salirse fuera de la pista cuando era líder.

El de Oviedo no desaprovechó la oportunidad de ponerse de nuevo de líder y esta vez sería la definitiva, porque minutos después de su gran maniobra la carrera fue suspendida por segunda vez al aparecer la bandera roja.

La lluvia luego hizo el resto del trabajo al no permitir que se reanudase la carrera y el español alcanzó de nuevo la gloria del triunfo y permitió inscribir el segundo nombre de un piloto español en la Historia de la legendaria carrera de resistencia.

El ex de McLaren se unió a Antonio García, que se proclamó campeón en la modalidad DP de la edición de 2009, como el segundo que consigue el triunfo en Daytona International Speedway.

«Todos los triunfos son especiales, pero éste, logrado en la prueba más importante de resistencia de EEUU y bajo las condiciones en las que lo conseguimos, me deja una sensación maravillosa», admitió ‘Magic’ Alonso.