Alberto, Sara y su hijo acaban de establecerse en Ávila procedentes de Madrid. Él teletrabaja y ella estudia a distancia, así que cuando les venció el contrato de alquiler en la capital de España y se pusieron a buscar otro piso se abrió otra posibilidad. La vinculación familiar de ella a Ávila fue un factor clave y, al echar un vistazo al mercado inmobiliario abulense, lo tuvieron claro. Regresar a Ávila con toda la familia era la mejor opción, tanto por lo económico como por la calidad de vida que ofrece una ciudad pequeña y con todo a mano. En unos pocos meses ya han completado la mudanza: tienen centro educativo elegido y se han comprado una casa que están reformando. No son los únicos. Según el INE, hasta 2.681 personas llegaron a la provincia de Ávila desde Madrid en 2020, el año de la pandemia, cuando en 2019 habían sido 1.697, mil menos. También hay diferencias en los que hicieron el viaje inverso: si en 2019 1.813 abulenses se fueron a vivir a Madrid, en 2020 fueron bastantes menos, 1.259, los que dejaron atrás Ávila para establecerse en la capital de España. El saldo migratorio entre Ávila y Madrid en 2020 fue positivo y dejó 1.422 vecinos más en el conjunto de la provincia. En 2019 (y en todos los años anteriores) había sido negativo, de -116 vecinos.
La crisis sanitaria de la COVID-19 parece estar detrás del aumento de población registrado en Ávila a lo largo de 2020, cifrado en 260 personas y que desde el INE se achacó a dos fenómenos en cierta manera complementarios, las migraciones y la población extranjera. Lo habían anunciado algunos alcaldes de municipios abulenses durante la pandemia y los primeros datos oficiales en este sentido vinieron a confirmar lo que parecía un secreto a voces: el año de la covid, además de una crisis sanitaria sin precedentes, podría traer algo bueno al medio rural, la ‘huida’ de personas desde las grandes ciudades a lo que se ha venido a llamar la España vaciada, en nuestro caso la Ávila vaciada.
Y es que la explicación a los números de 2020 parece clara: los movimientos migratorios, tanto internos como externos, dejaron saldos positivos en la provincia el año pasado y permitieron compensar un crecimiento vegetativo que sigue siendo negativo. La estadística de las migraciones que ofrece el INE cifra en casi 2.000 el incremento de residentes en la provincia en 2020 por los movimientos migratorios, de los que 1.334 se achacan al flujo migratorio con el resto de España. Este número es la diferencia entre las 4.013 personas que llegaron de otras provincias y las 2.679 que salieron de Ávila hacia otros territorios.
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