La Consejería de Educación ha declarado Centros de Enseñanza Históricos de Castilla y León a ocho colegios de la región, entre ellos al CRA El Barranco, con sede en San Esteban del Valle, atendiendo en este caso a una solicitud realizada por este ayuntamiento que entendía, explica la alcaldesa, Almudena García Drake, que este centro atesora valores para obtener este reconocimiento. Entre ellos, el hecho de que el CRA se ubica «en un magnífico inmueble edificado en la década de los años 20 del siglo pasado y que sobresale respecto a otros similares por sus dimensiones y estado de conservación pero, sobre todo, por su patrimonio escolar asociado». En este sentido, explica la regidora, el colegio de San Esteban del Valle cuenta con una biblioteca de la década de los años 30 del siglo XX donada por las Misiones Pedagógicas que se conserva íntegramente y a la que se fueron añadiendo otros fondos efectuados posteriormente en la década de los años 50 así como todo tipo de planos, pupitres, cámaras fotográficas que se exponen en el piso superior y que conforman un Museo Escolar «en excelente estado de preservación».
características. El Colegio de San Esteban del Valle está integrado en el Colegio Rural Agrupado El Barranco formado por los centros de esta localidad y la de Mombeltrán siendo la cabecera del mismo, el colegio de San Esteban. La joya del Colegio de San Esteban es su biblioteca antigua y el resto del patrimonio cultural «que se ha ido conservando, afortunadamente, de forma escrupulosa». Este tipo de bibliotecas, recogía la memoría que el Ayuntamiento remitió a la Consejería de Educación con su solicitud, se distribuyeron durante la II República en determinados municipios, en el caso de Ávila, 64 de las que 21 fueron a pueblos de la zona sur de la provincia, ninguna otra en el Barranco de las Cinco Villas. Frente a estas otras, la Biblioteca de San Esteban es, hoy en día, mayor porque tuvo varios momentos en los que se amplía. Pero, además, se conserva íntegra, con sus estanterías y en perfecto estado. «Eso la hace única porque, casi todas las restantes, se dispersaron y no restaron como un ente único y, actualmente, se las puede considerar como desaparecidas», destacan desde el Ayuntamiento.
Estas bibliotecas estaban compuestas por 100 volúmenes además de talonarios para las estadísticas, papel para forrar los volúmenes y marcapáginas, siendo la temática de los libros variada: desde geografía a ingeniería con la premisa de que fueran de lectura fácil.
El maestro Alfonso Vicente Cuadrado, director entre 1933 y 1937 de este centro que por aquel entonces se denominaba Colegio Miguel Unamuno fue el principal impulsor de esta biblioteca, como reconoce García Drake. «Posiblemente a él y a su insistencia y entusiasmo se debiera que recalara allí la biblioteca pero también que el colegio se dotara de cantina, ropero, escuelas infantiles».
Con posterioridad, la biblioteca se dotó de un patrimonio bibliográfico mucho mayor hasta conformar una gran colección que permite repasar la evolución del libro escolar pero también de los tratados y de las novelas literarias a lo largo del S.XX. Completan estos fondos decenas de planos geográficos de la década de los años 50-70, cámara de fotos y parte de laboratorio, piano forte, atlas anatómicos, geográficos, pupitres e incluso tres máquinas de coser para impartir clases de costura.