Como ya viene siendo tradicional, coincidiendo con la celebración del Puente de la Inmaculada, en el que tradicionalmente muchas familias aprovechan para colocar los adornos navideños en sus casas, la Diócesis de Ávila ha lanzado a través de sus redes sociales la campaña 'Yo pongo el Belén'. 

Se trata del séptimo año que se pone en marcha esta iniciativa, que cada vez tiene más apoyo desde todos los puntos de España y con la que desde la diócesis animar a todos aquellos que lo deseen suban las fotos de sus nacimientos a Facebook, Twitter e Instagram con la etiqueta #YoPongoElBelén. Algo que, por cierto, ya hicieron en la campaña del año pasado miles de personas: se consiguieron más de 5.000 imágenes y sólo en Twitter se superaron ampliamente los cuatro millones y medio de impactos.

Las imágenes que se envíen este año serán también compartidas asimismo desde las cuentas oficiales de la diócesis en su perfil de Twitter (@diocesisdeavila); en su página de Facebook (www.facebook.com/diocesisdeavila), y en el perfil de Instagram (www.instagram.com/diocesisdeavila). 

«En este tiempo de Adviento, pretendemos mostrar la alegría y la fe del pueblo cristiano que mantiene arraigadas sus tradiciones navideñas. Ellas forman parte del patrimonio de nuestra fe y de nuestra cultura, pese a que haya voces que quieren silenciar el fin último y la raíz de estos días de celebración, amparándolos bajo el genérico paraguas de 'Felices Fiestas'», dice el comunicado de prensa remitido desde la diócesis. En ese mismo texto se recuerdan las palabras del obispo de Ávila, José MaríaGil Tamayo. «En un mundo secularizado como el nuestro, olvidarse de las raíces cristianas o esconderlas, es como si escondiéramos también en Ávila nuestras iglesias: esconderíamos nuestra razón de ser. No se puede obviar la significación religiosa de nuestra sociedad, de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestras fiestas», dijo el prelado.

En este año, en el que de nuevo tanto se ha hablado de «salvar la Navidad», la diócesis quiere con esta campaña mostrar cómo, a pesar de las dificultades, los cambios y las nuevas costumbres, la esencia misma de la Navidad nunca se pierde: porque la Navidad, dicen, no necesita ser salvada, sino que, cuanto en ella acontece, es lo que nos salva a nosotros. Por eso, especialmente en este 2021 tan difícil, animan vivamente a participar de esta iniciativa, que impregne de espíritu navideño cristiano todas las redes.

Mencionan también la Carta Apostólica 'Admirabile signum', del Papa Francisco, en la que mencionaba cómo la costumbre de poner el Belén en las casas» es realmente un ejercicio de fantasía creativa, que utiliza los materiales más dispares para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza. Se aprende desde niños: cuando papá y mamá, junto a los abuelos, transmiten esta alegre tradición, que contiene en sí una rica espiritualidad popular. Espero que esta práctica nunca se debilite; es más, confío en que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada».