Francisco I. Pérez de Pablo

Doble click

Francisco I. Pérez de Pablo


Los aguadores dixit

23/11/2021

Los aguadores hablaron, bueno, todos no. Los expertos del agua que el equipo de gobierno municipal conformó a su imagen y semejanza presentaron las conclusiones relativas a las opciones para que la Capital de Ávila tenga reservas de agua suficientes para la población en periodos de sequía (necesaria también para acoger más población). Un escueto informe –39 páginas (menos que un TFM o un TFG)–, redactado con aparente precipitación y cuestionable en términos relativos, para un contenido que estaba prefijado de antemano ya que cualquier abulense mayor de 60 años sabe del Adaja y de las aguas subterráneas del Valle Ambles y del arsénico.  
Si partimos del hecho de que el mismo Ayuntamiento gobernado por el PP había puesto la solución de la falta de agua hace algo más de dos años –se supone que  con informes técnicos también– con la firma de un convenio para suministrar el agua desde el embalse de Las Cogotas, no es muy difícil entender que el objetivo principal  del informe (el Plan Cogotas fue respaldado por el actual Regidor en su toma de posesión), era y es poner en evidencia la gestión política anterior y encontrar una legitimación para tener justificación para resolver ese convenio suspendido en sus efectos con el argumentario del informe del grupo de aguadores y así eludir responsabilidades tanto políticas, como económicas. 
Seis soluciones –cinco en realidad, pues incluye el cuestionado proyecto del Plan Cogotas– son las propuestas dadas por los aguadores en sus conclusiones que no contienen examen ni diagnóstico sanitario de la calidad de las aguas en cada opción, ni tampoco un cuadro económico, ni financiero completo, más allá de cantidades presupuestadas a tanto alzado. El informe deja dudas e interrogantes que van a tener que resolver los grupos políticos presentes en el Pleno Municipal y entre tanto seguir sin una solución definitiva. Lo único cierto es que el Plan Cogotas ha sido efímero y relegado a la quinta opción tiene sus días contados.
La menor puntuación baremada –criterios cuestionables– que supone el mayor coste del Plan Cogotas frente a otras soluciones aportadas (algunas necesitan de nuevos informes y evaluaciones) no me parecen tales, teniendo en cuenta el coste oportunidad que suponía resolver un problema histórico con una ejecución rápida, resueltos los obstáculos administrativos y una espera de pago a veinticinco años (son los ciudadanos los que pagarán cualquiera de las soluciones). Pudiendo tener una solución definitiva ahora no se tiene ninguna y se está jugando con la suerte climatológica y la paciencia ciudadana.
Las conclusiones confirman lo que la gente en Ávila conoce sin que estuviera por escrito y es que desde 2009 se tiene lugar un episodio de sequía cada tres años y a partir de 2015 la frecuencia es bianual. Frente al convenio que aseguraba el caudal necesario la propuesta recomendada –cambio de vertido, gestión y bombeo de Fuentes Claras– necesitará de un nuevo y dilatado periplo burocrático no exento de riesgos y con una financiación nueva.  Dos años y medio, de momento, si no son más, desaprovechados en pos de soluciones parciales que partirán de cero y que tampoco son baratas en sus amplios términos, entre tanto llega una nueva sequía. Con la legislatura muy avanzada la cuestión del agua se ha convertido en el gran error de un equipo de Gobierno municipal que empieza a tener el «agua al cuello».