La fiscalidad en el siglo XVI «colapsó» Ávila y su alfoz

D.C
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El profesor e investigador Félix A. Ferrer presentó el estudio que ha hecho para analizar los muchos impuestos que soportaban los abulenses en ese momento histórico y cómo eso afectó negativamente al desarrollo de la sociedad

La fiscalidad en el siglo XVI «colapsó» Ávila y su alfoz

La Institución Gran Duque de Alba, dependiente de la Diputación Provincial, presentó el libro de su Serie General Fiscalidad del Estado y Hacienda en Ávila durante los siglos XV y XVI (1474-1598), del profesor Félix A. Ferrer, trabajo de investigación sobre la realidad impositiva que vivió Ávila y su alfoz en ese amplio periodo temporal que, sabiendo trascender los meros datos estadísticos, analiza en profundidad todos los aspectos de una sociedad que se vio castigada con un incremento fiscal muy fuerte.

El diputado de Cultura, Eduardo Duque, y el director de la Institución Gran Duque de Alba, Maximiliano Fernández, acompañaron a Félix A. Ferrer García en la presentación de este trabajo de investigación que, tal y como avanzó el primero, «hace un recorrido por la historia abulense con momentos tan importantes, a veces trágicos, como la historia de los papelones con Felipe II en la que perdió la vida Diego de Bracamonte».

Maximiliano Fernández, por su parte, comentó que el libro que presentaban “analiza la evolución de la capital y todo su territorio jurisdicional en el periodo que abarca los reinados de los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II, y no se limita solo al estudio de la fiscalidad sino que también analiza las costumbres, el comportamiento y las formas de vida de la época desde una visión que trasciende lo sociológico».

Félix Ferrer comentó que en su libro, que ha conseguido que sea muy ameno, analiza un momento histórico en el que la instauración de una monarquía centralizada «disminuye los poderes estrictamente locales de los ayuntamientos, porque Carlos V y Felipe II van a hacer valer su poder para que los ayuntamientos de la corona de Castilla queden tremendamente limitados en sus atribuciones fiscales, de tal manera que los recursos financieros del Ayuntamiento de Ávila quedaban muy limitados».

A todo ello se suma el problema de que «los vecinos pecheros no sabían para qué se destinaban esas cantidades recaudadas, que era para sufragar los aparatos de poder de la monarquía, para un patrimonio de carácter privado que pretendía mantener unos dominios amplísimos en toda Europa». Pero además, añadió el investigador, «esa fiscalidad actúa sobre las costumbres, sobre los medios de vida, sobre los comportamientos sociales, sobre revueltas e incluso sobre las violencias que en esos siglos algunos vecinos pecheros ejercían sobre los recaudadores de impuestos, de tal manera que en el libro no sólo analizo cuantitativamente cuáles eran los gastos del concejo de la ciudad de Ávila, sino también me preocupé por estudiar esos comportamientos, cómo eran los gastos del Ayuntamiento de Ávila en obras públicas, en la beneficencia, en los daños causados por la revolución comunera».

Esos muchos impuestos, «unos de procedencia medieval, otros nuevos, hicieron que la ciudad se viera totalmente colapsada en su política urbanística y en la dotación a los vecinos de unas condiciones mínimas de higiene y de seguridad de control de los mercados».