El Colectivo Azálvaro denuncia la muerte de siete cigüeñas

M.M.G.
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Estas aves, aparecidas electrocutadas en el término de Santa María del Cubillo, se sumarían a otras 29 fallecidas en los mismos días en la vecina provincia de Segovia

El Colectivo Azálvaro denuncia la muerte de siete cigüeñas

El Colectivo Azálvaro ha denunciado «uno de los episodios de electrocución más dramáticos» en este espacio protegido. Emplea estas palabras José Aguilera, presidente del colectivo, para anunciar la muerte de siete cigüeñas blancas  muertas por electrocución en un tendido eléctrico de la compañía Iberdrola y que se sumarian a las otras 29 cigüeñas blancas y 1 buitre leonado, localizadas en la provincia de Segovia, en otro tendido eléctrico de la distribuidora Naturgy (Unión Fenosa).

Los cuerpos sin vida de las nueve cigüeñas aparecidos en Ávila fueron localizados por el Colectivo Azálvaro que dio aviso el pasado lunes al ServicioTerritorial de Medio Ambiente de Ávila, aunque a día de ayer viernes todavía no habían ido a retirar los restos.Sí acudió la empresa responsable del tendido para hacer los trabajos de altura y descolgar un ejemplar.

La zona en la que aparecieron las cigüeñas, se explica desde el Colectivo Azálvaro, se trata de  un espacio llano sin arbolado, con una elevada densidad de comida para una gran densidad de aves en dispersión - el colectivo destaca la población nidificante de cigüeña común, con cien parejas reproductoras, y con importancia internacional, así como las concentraciones premigratorias con agrupaciones superiores a los 500 ejemplares- que deben convivir con líneas eléctricas de alta tensión.

«Este hecho sumado a que es una zona llana sin arbolado, con una elevada densidad de comida, ha provocado uno de los episodios de electrocución más dramáticos en este espacio protegido», insiste Aguilera, que explica que «las aves gregarias aumentan el riesgo de electrocución al posarse en grupo en los apoyos de las líneas eléctricas, lo que posiblemente ha provocado este episodio masivo de electrocución de cigüeñas blancas, al producir un arco eléctrico por tocar con dos fases eléctricas al mismo tiempo y tener un contacto ‘letal’ entre varias aves».

«A parte de la amenaza que supone los tendidos eléctricos peligros diseminados a lo largo de Campo Azálvaro, siendo utilizada como rutas migratorias, áreas de campeo y alimentación para las aves», prosigue Aguilera, «hay que tener en cuenta los efectos acumulativos de mortalidad o sinérgicos con otras infraestructuras ya existentes, sobre todo por la presencia del vertedero del Centro de Tratamiento de Residuos Ávila Norte, que ejerce un efecto de atracción y fijación de una importante población de cigüeñas blancas y aves necrófagas de interés comunitario, aumentando notablemente la probabilidad de episodios mortales para la avifauna, que no dudan en atravesar en masa y diariamente los innumerables parques eólicos desplegados alrededor de este centro y sus líneas de evacuación de energía eléctrica».    

A la vista del problema que supone el CTR, el responsable del Colectivo Azálvaro aprovecha para señalar que «se deberían haber puesto en marcha medidas adicionales tendentes a evitar el acceso de avifauna a las instalaciones, especialmente en la zona de rechazo».

«La opción de soterramiento de la línea se erige como la opción técnicamente viable más eficaz y garantía de la eliminación del impacto directo que, para las poblaciones de diversas especies amenazadas, supone esta línea», defiende Aguilera, que lamenta que mientras que el  Consorcio Provincial Zona Norte no lleva a cabo esos trabajos «se va sumando inexorablemente la perdida de especies protegidas, la más reciente, que implica a un ejemplar de buitre negro, ha tenido lugar este pasado mes de marzo».