«Los políticos critican a la Iglesia, pero la necesitan»

M.M.G.
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Conocemos hoy más de cerca a Agustín de Asís, onubense de nacimiento pero abulense de corazón que está al frente de Summa Humanitate, fundación formada por laicos católicos y dedicada a apoyar las obras sociosanitarias de la Iglesia

«Los políticos critican a la Iglesia, pero la necesitan» - Foto: Isabel García

Nuestro protagonista de hoy tuvo clara desde muy joven cuál era su vocación en la vida. Agustín de Asís (Huelva, 1963) descubrió que su felicidad estaba en ayudar a los demás. Y a día de hoy, el director general de la Fundación Summa Humanitate, entidad sin ánimo de lucro formada por laicos católicos y cuya principal misión es apoyar las obras socio sanitarias de la Iglesia, es feliz.
En realidad deberíamos decir que siempre lo ha sido. Al menos eso nos confiesa él mismo en una agradable charla al sol de los tibios rayos de noviembre y en la que conocemos más de cerca a un hombre que, sin darse importancia, está al frente de una organización con una plantilla de más de mil personas y que cuida, por aportar sólo dos cifras, a 2.100 personas mayores en todo el país.
Pero vayamos por partes. Porque para profundizar a fondo en Summa Humanitate debemos conocer primero al hombre que está detrás de todo. Detrás de este onubense de mirada limpia y sonrisa franca, padre de siete hijos y enamorado de Ávila, se esconde también el niño que pasaba veranos eternos en las playas de Huelva; el joven enamorado del deporte que estudió en el madrileño instituto Ramiro de Maeztu, donde llegó a jugar en las categorías inferiores del Estudiante y de donde no quería salir nunca, de lo feliz que estaba en sus patios; o el universitario que empezó a estudiar Medicina, siguiendo los pasos de su padre y pensando que ése era su camino pero que lo dejó a las dos semanas. «Y me metí en Derecho sin saber muy bien por qué», sonríe al recordar a ese joven con ganas de comerse el mundo y que descubrió también que entre leyes tampoco iba a encontrar su camino. «Me di cuenta de que un abogado tiene el poder de defender algo en lo que no cree y ganar, y eso no es lo mío. No puedo defender algo en lo que no creo», asegura convencido.

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila? 
Santa Teresa y sus murallas.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila? 
Su gente, su historia, su ambiente familiar...

¿Y lo que menos?
 La mala comunicación. ¿Cómo es posible que el tren tarde más de hora y cuarenta y cinco minutos en llegar a Madrid? ¿O qué tengamos que pagar un peaje tan elevado?

Un lugar de la ciudad para perderse. 
Me encanta pasear por los jardines de la Universidad Católica y por Fuentes Claras porque se divisa el perfil de la ciudad: las murallas, la Catedral, San Vicente, Monsen Rubí... Lo que invita a soñar.

Un recuerdo de su infancia. 
Todos. He sido muy feliz en la infancia, y en la adolescencia y en la juventud y ahora...Doy gracias a  Dios por todo lo que me ha dado. Soy una persona muy afortunada.

Un personaje abulense que le haya marcado. 
Santa Teresa...¡Menuda mujer!, ¡Qué empuje, qué sabiduría! Y siempre con sus ojos puestos en Dios.  

El mayor cambio que necesita Ávila es…
Mejorar las comunicaciones para que puedan venir más personas a conocernos y a vivir.

Y tiene que mantener…
Su ambiente familiar de ciudad preciosa, limpia y muy cómoda para vivir.

¿Qué le parece la ciudad hoy en día? 
Es una ciudad muy cómoda, ideal para vivir con niños pequeños. El problema viene cuando crecen porque la ciudad tiene poco que ofrecer a la juventud. Es curioso, porque aquí no se quedan ni los políticos: o no son de aquí o lo son, pero en cuanto son elegidos se van a vivir a Madrid y solo regresan de visita, si es que regresan... ¿Por qué será?

¿Cómo ve la ciudad en el futuro?

Si se mejorasen las infraestructuras (más trenes, menos duración de los viajes, ausencia de peaje o que tengamos precios especiales) y los impuestos (Madrid es, fiscalmente, mucho más atractiva y favorable que Castilla y León) podríamos atraer a más familias de manera que creciéramos lo suficiente para revitalizar la economía y tener una oferta de servicios.Pero me temo que es un sueño, porque se promete mucho pero se hace poco o nada. 

¿Qué puede aportar a la ciudad?

He aportado siete hijos que aman Ávila. Los que ya están fuera trabajando o en la Universidad vienen siempre que pueden, no la han abandonado como otros. Yo seguiré siendo fiel a Ávila que nos acogió hace ya muchísimos años y seguiré promocionándola allí donde vaya.

Lea la entrevista completa en la edición impresa de Diario de Ávila.