La diócesis celebra las bodas de oro de Jesús García Burillo

M.M.G.
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El obispo emérito se acompañó de dos obispos y un cardenal y recibió como regalo un pectoral con una reliquia de Santa Teresa y un ejemplar de 'Pastor bueno y fiel'

La diócesis celebra las bodas de oro de Jesús García Burillo

La diócesis de Ávila vivía este viernes una jornada tan emotiva como especial gracias a la celebración de las bodas de oro del obispo emérito, Jesús García Burillo.

La Catedral de El Salvador acogía una eucatistía con la que el presbiterio de la diócesis de Ávila quiso celebrar una Acción de Gracias por lo 50 años de sacerdocio de quien fue su obispo durante cerca de 16 años años.

Coincidiendo con la celebración de la festividad del Sagrado Corazón, la eucaristía contó con la presencia de tres obispos y un cardenal ante el altar, ya que García Burillo estuvo acompañado por obispo de Ávila, José María Gil Tamayo; el cardenal Ricardo Blázquez; y el obispo de Plasencia, José Luis Retana. 

Fue el 25 de julio de hace ahora 50 años cuando García Burillo se ordenó sacerdote. Y aunque este tipo de celebraciones suele tener lugar el 10 de mayo, con la festividad de San Juan de Ávila, patrón del clero, en el caso de las bodas de oro de García Burillo se pospusieron hasta este viernes, al no haber podido estar él presente ese día.

Pero lo cierto es que retraso mereció la pena. Feliz de poder compartir el día con el resto de sacerdotes de la diócesis y con los obispos antes mencionados,García Burillo arrancó su homilía con unas cariñosas palabras para aquellos sacerdotes que, como él, celebran este 2021 un ‘cumpleaños’ redondo: las bodas de plata, oro y diamante del sacerdocio. «En total 21 sacerdotes», dijo García Burillo. «Un número muy notable. 25, 50 o 60 años abrazados a Cristoresucitado y también a Cristo crucificado. Es un acontecimiento que merece la pena ser recordado», destacó el homenajeado.

«He vivido un largo periplo, no sólo por la edad», recordó tambiénGarcía Burillo su propia trayectoria, que habla, entre otros muchos capítulos, de 35 años de sacerdocio en Madrid; cuatro y medio de obispo auxiliar en Orihuela-Alicante; casi 16 años en Ävila y finalmente, dos años y medio como administrador apostólico de Ciudad Rodrigo, enSalamanca. «Mi sentimiento es de honda gratitud a Jesucristo que me llamó, a la iglesia particular de Madrid que me acogió y a las iglesias en que he ejercido el ministerio», compartió en su homilía. «Sinceramente no tengo palabras para expresar mi gratitud y mi indignidad, ni para pedir perdón por todos mis errores», dijo con humildad García Burillo, que centró el resto de sus palabras en el hecho de que la celebración de su aniversario tuviera lugar en la solemnidad delSagradoCorazón de Jesús.

La posibilidad de interpretar la vida sacerdotal a la luz del amor de Cristo; la vida en permanente unión con Él; el ejemplo cercano de Santa Teresa y de San Juan; o la dimensión misionera fueron algunos de los aspectos de la espiritualidad del corazón que, recalcóGarcía Burillo, pueden ayudar a la vida del presbiterio.

Al terminar la eucaristía, por cierto, García Burillo volvió a recibir el cariño de su familia abulense.Con palabras, gestos y regalos. Así, se le hizo entrega del libro ‘Pastor bueno y fiel’, que acaba de ser publicado y que recoge sus propios escritos sobre el sacerdocio y que cuenta además con prólogo del actual obispo de Ávila, Gil Tamayo. Y se le regaló además un pectoral con una reliquia de Santa Teresa de Jesús.