Volver a casa después de 380 días

M.M.G.
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María José Guerrero, de Navarredonda, ha pasado más de un año ingresada en Vigo después de sufrir tres ictus en abril de 2020

Volver a casa después de 380 días

380 días. Se dice pronto. Más de un año lejos de casa. Sin ver a los suyos. Sin poder seguir trabajando en su proyecto de hotel rural. Sin sentirse bien. Luchando por volver a ser la de antes. 380 días que María José Guerrero, de Navarredonda de Gredos, ha pasado ingresada en el Hospital Vithas Fátima de Vigo, recuperándose de los tres ictus que sufrió en abril de 2020 y que hicieron que perdiera buena parte de sus facultades.

La recuperación sigue en marcha, eso sí. Pero seguirá trabajando ya en casa. Porque esta semana María José ha abandonado el hospital gallego por su pie, entre aplausos, caminando despacio (pero sin la ayuda de nadie, sólo un bastón) y recorriendo un pasillo formado por personal médico, sanitario y administrativo del centro, todos ellos tan emocionados como ella y como Luis, su marido, siempre a su lado y siempre apoyándola.

Como lo hizo desde el primer momento toda su familia.De hecho, entre todos lo lograron que María José pudiera llegar a un hospital en el que recibir el tratamiento que necesitaba con urgencia para poder recuperarse tras el ictus.

Porque tras su primera estancia en Salamanca, a María José la mandaron a casa porque, dada la situación de pandemia, les decían, no podían atenderla.

Pero la familia de María José hizo honor a su apellido y guerreó. Y consiguió que un hospital privado se hiciera cargo de su rehabilitación con cargo a las arcas públicas de Castilla y León, dado que ninguna institución pública de aquí se brindaba a rehabilitarla.

Así que han sido 380 días ingresada en Vigo. Trabando duro y sintiendo el cariño de un gran equipo médico que se despedía de ella no sólo con aplausos.También con flores, globos, bailes y lágrimas. Muchas lágrimas. Pero de felicidad.

En su primera salida del hospital antes del alta definitiva, María José fue a ver el mar.