«Mano dura» con la distribución y la industria lácteas

SPC
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UPA advierte de que vender la leche más barata que el agua es «una perversión y una vergüenza» que arruina a los ganaderos

«Mano dura» con la distribución y la industria lácteas

El sector lácteo sigue sin levantar cabeza y vuelve a ser el centro de la crisis de precios que sufren los agricultores y ganaderos españoles. Por es razón, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha pedido al Gobierno «mano dura» contra ciertas industrias y cadenas de distribución españolas que estarían incumpliendo la Ley de la Cadena Alimentaria.

Según la organización agraria, los ganaderos lácteos pierden 500.000 euros al día en toda España porque las industrias se niegan a recoger en los contratos de compraventa de leche la «tremenda» subida de costes de producción, que UPA cifra en un 30% en los últimos meses. Una subida de costes que el encarecimiento de los combustibles y el cambio tarifario en la luz eléctrica no ha hecho sino agravar: «ordeñamos y enfriamos la leche en la tarifa más alta», reconocen. Las pérdidas rondan los tres céntimos de euro por cada litro de leche, una situación en la que aseguran no pueden seguir. «Vender la leche más barata que el agua es una perversión, una vergüenza», reconoce el secretario de Ganadería de UPA, Román Santalla. Son precios que provocan «ruina, cierres de granjas y despoblamiento», señalan.

La organización ha pedido a la AICA que realice inspecciones de oficio y fuerce a industria y distribución a cumplir la ley, que obliga a que se cubran los costes de producción. «En estos momentos la práctica totalidad de los contratos son ilegales, pues no permiten a los ganaderos cubrir costes», denuncian.

UPA ha recordado la importancia de proteger un sector que genera hasta 80.000 empleos directos (más otros 36.000 en las industrias lácteas) y es el único elemento que evita el despoblamiento de muchas zonas desfavorecidas. A pesar de la desaparición de explotaciones, se sigue produciendo la misma cantidad de leche, lo que da idea de que esta situación favorece a los grandes productores frente a los pequeños y medianos ganaderos.