En el Adolfo Suárez el líder es el Real Ávila

A.S.G.
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4
Real Ávila
0
Atlético Bembibre
Finalizado
El Real Ávila firma un partido con mayúsculas ante un Atlético Bembibre que llegaba líder y se vio superado, desde el minuto uno, por la intensidad, energía y solidaridad de los encarnados. Del Monte abrió el marcador y Espada sumó un hattrick

En el Adolfo Suárez el líder es el Real Ávila - Foto: David Castro

Real Ávila.

Christian; Sito (Tendero, 63’), Carlos Pascual, Tena, Llorián; Ivi (Juli, 67’), Ortolá (Juanpe, 77’), Del Monte, De Mesa (Yeriel, 74’); Rober (Rengel, 67’) y Espada.

Bembibre.

Ivanildo (Luismi, 74’); Deivis, Díez (Aleixo, 82’), Omar, Basalo; Santín, Del Castillo (Avanzini, 82’), Willy, Marcos (Albertin, 82’); Javi Amor y Roberto Puente (José Manuel, 63’).

Árbitro.

Álvaro Sanz.

Mostró cartulinas amarillas a los locales Juanpe, Sito e Ivi; y a los visitantes Basalo, Willy, Del Castillo e Ivanildo.

Goles.

1-0 (22’) Del Monte. 2-0 (58’) Espada. 3-0 (62’) Espada.  4-0 (74’) Espada

Incidencias.

Partido correspondiente a la jornada 5 de la Tercera RFEF disputado en el Adolfo Suárez.

 

El Real Ávila arrolló al Atlético Bembibre en un partido con mayúsculas de los de Borja Rubiato, que desde el primer minuto superaron a un equipo que llegaba como líder de la categoría pero que regresó a casa con cuatro en la mochila (4-0) tras una tarde en la que nunca supieron cómo meter mano a un equipo que cree y hace creer. Si no fue una tarde perfecta, se le pareció. Porque los encarnados saltaron desde inicio con ganas de demostrar al líder que van a por todas.En la temporada de menos nombres y glamour, el año de más ganas, intensidad, ritmo, energía, piernas, compromiso...El Real Ávila es un equipo, quizás lo que no fue en el pasado. Un conjunto sólido en defensa, solidario en el esfuerzo y contundente en la contra. Que se lo pregunten a las ‘águilas’ del Bierzo, que llegaron con las garras afiladas pero se llevaron el zarpazo de Espada, que firmó un hattrick, el recuerdo de Víctor Del Monte, enorme junto a Ortolá en el centro del campo, y la enésima clase magistral de Javi De Mesa, posiblemente en su mejor estado de forma y compromiso desde que viste de encarnado. La calidad siempre la tuvo. Si suma el esfuerzo, es el mejor ‘10’ de la categoría.  

Era una tarde para dar el máximo, porque llegaba al Adolfo Suárez el líder de la categoría, el Atlético Bembibre.Sin embargo fue el Real Ávila el que ejerció de buen anfitrión. En el Adolfo Suárez sólo hay un dueño, los encarnados. No se había cumplido el primer minuto de partido y los de Rubiato ya tuvieron la primera oportunidad. Recuperación en campo propio, balón en largo y carrera de Rober a la espalda de los centrales. Su disparo cruzado lo detenía Ivanildo en dos tiempos. Y los tiempos los ponía el equipo encarnado, que buscaban a De Mesa una y otra vez. El extremo estaba con ganas, como el equipo, que presionaba alto a los de Tornadijo, ahogados. No pasaban de la medular. Sumaban ocasiones los encarnados. Si el fuerte disparo de Espada –minuto 12– obligó a Ivanildo a estirarse junto al palo, la falta botada por Llorián –minuto 18– se paseó por el área sin que nadie la rematara y sin que nadie la despejara.

Se merecía el primero el Real Ávila, que sumaba ocasiones, y tuvo el premio merecido. Se metió en un lío Javi Amor, que quiso salir con el balón jugado desde su campo. Y sobre el ‘7’ se lanzaron como lobos a su presa los encarnados. Hasta tres jugadores le acosaron, pero fue Rober el que se la quitó. Y con el balón, a correr. De Mesa dirigió la contra, aguantó en el cara a cara ante Díez para dar tiempo a que Del Monte le doblara por fuera.Desde dentro del área el centrocampista batía (1-0) con facilidad a Ivanildo.  

No encontraba el camino el Bembibre, que tuvo que esperar hasta la media hora de juego para sumar su primer disparo. El intento de Santín fue una bocanada para los leoneses, que quisieron rehacerse. Fueron sus mejores minutos. Se animó Puente, que tras la presión a Tena y el robo de balón en área ajena quiso darle el gol a Santín; saboreó el gol Del Castillo, que sorprendió a la espalda de los centrales para medirse en el mano a mano a Christian, que se lanzó con todo para desviar el remate; pero el que mejor la tuvo fue Javi Amor, que con el tiempo cumplido –minuto 47– susurró al palo en un gran lanzamiento de falta desde la frontal.

Había dado un paso adelante el Atlético Bembibre en el final de la primera mitad y quiso hacerlo en la segunda.Empezó con ganas, pero le arrolló un tsunami. Los de Tornadijo avanzaron líneas,  abrieron espacios y el Real Ávila se lanzó a la contra con voracidad. Nueva recuperación y salida al dictado de Javi de Mesa, que se inventó un pase picado sobre los centrales para que Ivi, sin ninguna oposición, rematara a puerta dentro del área. Le salió mordida por encima del larguero.

La acción reactivó al equipo, que se lanzó de nuevo a la caza de su presa. Y la presa de nuevo fue Javi Amor. Como en la primera mitad el ‘7’ quiso salir jugando. La perdió. Ante la avalancha encarnada perdió el balón en la frontal. Ivi abrió a Espada y el ‘11’ buscó el centro. El propio Amor, que quiso enmendar el error, se lanzó al suelo para cortarla con la mano. Penalti claro y amarilla. La pidió Espada, que quiso romper la maldición desde los once metros que desde hace tiempo persigue a los encarnados en la portería norte. No hay forma. Le adivinó la trayectoria Ivanildo, que despejó a una mano. Pero la maquinaria del 2-0 ya estaba en marcha. Un minuto –58’– tardó Espada en enmendar el ‘error’. Llorián colgaba el centro al segundo palo y el gaditano hacía de cabeza el 2-0. El Bembibre estaba noqueado y el Real Ávila terminó por mandarle a la lona. Sin apenas tiempo para rehacerse, el Real Ávila hacía el tercero. Los encarnados de nuevo atacaron en tromba.La llevó De Mesa, quién si no, que en el área se la cedió a Ivi. No tuvo sitio para el disparo pero sí para picarla al segundo palo donde, de nuevo, aparecía Espada para hacer de cabeza el 3-0. Y como no hay dos sin tres, el andaluz redondeó su particular actuación. Tiene confianza en sí mismo y lo demostró en el 4-0. Recibió de Del Monte en el lateral del área y con un lanzamiento raso y duro desde lejos hacía el 4-0 por el palo largo para desatar la euforia en un Adolfo Suárez que disfrutó con y de los suyos.