El Real Ávila se ve capaz

A.S.G.
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El triunfo y las formas ante el Atlético Bembibre, una inyección de moral para los encarnados en el reto de los playoffs. El Tordesillas, próximo rival, aspirante de pleno derecho tras superar a la Arandina y Mirandés B

El Real Ávila se ve capaz - Foto: Isabel García

El Real Ávila vuelve a verse capaz de todo, a sentir que es posible. Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, y más fuertes se sienten tras el partido ante el Atlético Bembibre los chicos de María Hernández, que desde hace días venía asegurando que apreciaba un cambio entre los suyos. Pero en esta temporada de altibajos y sinsabores había que demostrarlo donde toca, en el césped. Y el duelo ante el Atlético Bembibre fue un buen momento, una de esas tardes complicadas en las que acaba saliendo el sol pese a los nubarrones iniciales. Porque el gol de José Manuel cuando apenas se llevaban 5 minutos de partido (0-1) amenazó tormenta. Esta vez no hubo chaparrón. Se sobrepusieron los encarnados no sólo al gol inicial sino a la expulsión de Carlos Pascual a la media hora de partido y la de Manuel Sánchez con veinte minutos por disputar y un marcador de 3-1 que no sólo se aguantó. Hubo ocasiones incluso para aumentar.

Algo ha cambiado entre los encarnados desde la derrota ante la CulturalDeportiva Cebrereña. Lo dicen dentro y fuera de un vestuario que logró un empate ‘salvador’ en Miranda y que volvía a sumar –un punto que ha adquirido valor– en Los Dominicos. Ante el Bembibre por fin fueron tres. Pero con valor añadido. «De la manera que han sido, nos refuerzan» dejaba muy claro Manu Moreira.  «Remontada con 9. Llámame loco pero vamos a ascender» comentaba Javi de Mesa a través de las redes sociales. El optimismo ha regresado al Adolfo Suárez. La victoria ha reactivado las ilusiones a todos los niveles. Que había plantilla para pelear por el ascenso a Segunda B se sabía, pero el paso de las jornadas puso en tela de juicio si había otras cosas. Durante muchas jornadas faltó fútbol, garra, actitud, entrega, rabia... Se le puede llamar de muchas maneras, pero faltó  ‘eso’ que marcar las diferencia cuando el nombre y el escudo no son suficientes. Se lo ha sacado de dentro María Hernández, que ha movido el árbol.Ahora toca mantenerlo, reafirmarlo. Con un día no basta. Y qué mejor camino que seguir en Las Salinas y ante un Tordesillas que se ha ganador por derecho propio el convertirse en nuevo candidato a las dos primeras posiciones.

«Va a ser una guerra, otra final» avisa Moreira, junto a Rubiato uno de los dos jugadores que han dado un paso adelante. Quieren estar en los playoffs de ascenso.