Julio Collado

Sostiene Pereira

Julio Collado


Volver con ganas

04/10/2021

Sostiene Pereira que le parece incomprensible, un día tendrá que investigarlo, que el otoño sea el comienzo de la vida social, económica y política mientras la naturaleza empieza a morir poco a poco. Se quedan los árboles desnudos y, a su alrededor, las niñas y los niños enredan sus juegos con el sonido sordo de las hojas caídas. «Otoño, llegó el otoño. Las hojas que antaño fueron verdes y lindas, ahora son amarillas; bellas entonces y amarillas ahora», canta, en el primer poema que compuso con cinco años, la poetisa portuguesa  Ana Luísa Amaral. A pesar de ese declive otoñal, es ahora, cuando comienza el curso escolar, el curso político (aunque la ignorante crispación no ha descansado ni en verano), los talleres culturales y de ocio, el apuntarse al gimnasio, el comprar algún coleccionable, las clases de inglés y, en fin, volver a empezar el círculo rutinario después del paréntesis veraniego. Un verano que llegaba con la pandemia un poco debilitada y las ganas de viajar y de expandirse a pleno rendimiento. Había que oxigenarse y cargar las pilas anímicas. El milagro de las vacunas fabricadas en tiempo récord gracias a la colaboración de científicos de todo el mundo y el éxito de la sanidad pública, trajeron un poco de alegría y amainaron los miedos que se habían pegado como lapas insaciables en las entretelas de las gentes.
También, en el otoño, comienzan estos comentarios y, con ellos, la duda de si interesarán a los posibles lectores junto a la responsabilidad que se asume al opinar en estos tiempos tan dados al cabreo y al exabrupto. Causa pena que las frases más repetidas sean «Sin complejos» y «No insulto, describo». Frases duras donde las haya y que pone en apuros cualquier conversación o debate. Aún así, aquí están esta primeras líneas agradeciendo al Diario la oportunidad de aparecer quincenalmente en sus páginas. Por lo demás, se hará lo que se pueda evitando siempre sacar los pies del tiesto pero sin callar ante lo que haya que hablar para no hacerse responsable de las muchas injusticias que habitan esta sociedad o de las opiniones que incendian de odio el aire. Al insulto habrá que llamarlo insulto y no descripción y al que va por la vida «sin complejos», que nunca duda de nada como si fuera dueño de la verdad, habrá que decirle con Machado: 
«¿Tu verdad? No, la verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya guárdatela». 

Es imposible, en este primer comentario, no hablar de la tragedia que ha traído este verano. El terrible fuego que arrasó la Paramera desde Navalacruz al Barraco, por el norte y por el sur, ha sembrado de cenizas y de dolor a muchos pueblos y a los pocos habitantes que los dan vida durante todo el año. El estropicio es incalculable y la sierra no volverá a ser «primavera total» hasta pasados muchos años. Un fuego cuya inmensa destrucción se hubiera evitado si se hubieran hecho las cosas pronto y bien en los primeros momentos. La verdad es que, como dice el saber popular, «Al perro flaco, todo son pulgas». Al  Ávila vacía y falta de oportunidades, sólo le faltaba esta puntilla. A ver si Nissan despega definitivamente;  los millones que se necesitan con urgencia y a largo plazo para el territorio del fuego no se quedan por el camino y los que se prometen para toda la provincia a través del Plan Tractor industrial en Ávila llegan de verdad. Para que Ávila despegue, no dependa sólo del turismo y de los servicios y sus jóvenes puedan quedarse para crear riqueza y vida. 
Si la pandemia se va retirando, si no crecen los libros de autoayuda y los ansiolíticos y vuelven los abrazos en las calles, el «otoño y el próximo invierno» serán mágicamente «primavera».