Cruz Roja necesita con urgencia familias de acogida

M.M.G.
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La ONG, responsable del Programa de Acogimiento de Menores junto a la Gerencia de Servicios Sociales y que cuenta hoy con 21 pequeños acogidos, celebra el Día del Niño haciendo un llamamiento a los abulenses

Cruz Roja necesita con urgencia familias de acogida

Hoy se celebra el Día Universal de los Derechos del Niño. El derecho a la salud, a la educación, a la protección, al juego... no deberían serles hurtados a ningún pequeño en ningún lugar del mundo. Tampoco entre aquellos que tenemos más cerca. Pero por desgracia, no todos los menores tienen la suerte de nacer en una familia que les pueda ofrecer todo lo que necesitan para su correcto desarrollo. Por eso necesitan contar con familias de acogida que les proporcionen el calor de un hogar y sean para ellos los referentes que, tristemente, no encontraron en sus familias biológicas.

En Ávila, la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León tiene en Cruz Roja al aliado perfecto para gestionar el Programa de Acogimiento Familiar que, a día de hoy, se encuentra en una situación preocupante. 

Nos lo cuenta Margarita García Peral, responsable del mismo, que coincidiendo con la celebración del Día Universal del Niño da la voz de alarma: «Vamos a cerrar el año sin haber valorado a una sola familia», comienza a exponer una situación preocupante en la medida de que son muchos los niños que, al no poder contar con una familia de acogida pasan sus días en centros de menores, el ‘mal menor’ para estos pequeños. «Sigue habiendo casos para tutelar pero no entran familias nuevas al programa», prosigue con sus explicaciones.

En la actualidad son 21 los niños que tienen la suerte de poder estar con alguna de las 16 familias activas que hay ahora mismo en el Programa de Acogimiento.

Pero tendrían que ser muchas más. «Tenemos a doce menores en lista de espera», comparte con los lectores de Diario de Ávila Margarita, que habla de niños en su gran mayoría de entre diez y doce años.

Una edad, lo sabe ella mejor que nadie, difícil a la hora de encontrar una familia de acogida. «Son niños que cuando llegan al Sistema de Protección son pequeños y que se hacen mayores en los centros por la carencia de familias. Y cuanto más mayores, más difícil es encontrarles una familia», se lamenta la técnico de Cruz Roja, que no se cansa de animar a los abulenses a plantearse formar parte de la (y valga la redundancia) familia de familias acogedoras.

«Necesitamos familias que se ofrecieran para cualquier edad», nos dice Margarita, que si bien insiste en la importancia de ayudar a los niños algo más creciditos, expone también una situación poco habitual que se ha producido durante la pandemia. «Si en un año normal tramitamos uno o dos acogimientos de bebés recién nacidos, en lo que va de año ya llevamos seis pequeños», nos descubre Margarita, que no encuentra una explicación ‘oficial’ para estos casos, más allá de la posibilidad de que madres jóvenes se vieran desbordadas por la situación en un momento muy complicado.

Todos esos bebés encontraron una familia de acogida rápidamente. Esto suele ser habitual. Como lo es, en el caso contrario y como ya avanzábamos, el que los mayores encuentren muchas más dificultades para ello.

Precisamente teniendo muy en cuenta esa situación, Cruz Roja cuenta con otra figura de ayuda a los menores: el acogimiento temporal a tiempo parcial.

¿Y en qué consiste?, preguntamos. Se trata de un tipo de acogimiento que está enfocado a que el menor pase con las familias fines de semana, puentes o vacaciones. «Esta figura siempre ha existido, pero es verdad que ahora se le está dando más visibilidad», prosigue Margarita con su relato. «Lo que se busca es que cuando esos niños lleguen a los 18 años puedan tener al menos una figura de referencia de cara al futuro y en la que se puedan apoyar», apunta.

Son familias que, en el caso de que quisieran dar un paso más, podrían convertirse en familias acogedoras a tiempo continuo, lo que permitiría al menor salir de manera definitiva del centro, con las ventajas que ello conllevaría. «Ahora mismo tenemos en acogimiento parcial temporal a un menor», comparte la técnico de Cruz Roja.

EL PROCESO

¿Y qué es lo que habría que hacer en el caso de que nos estuviéramos planteando convertirnos en familia de acogida?

«Pues lo primero es llamar a Cruz Roja (920224848) o acercarse a la Gerencia Territorial de Servicios Sociales», comienza a explicar Margarita, que si algo quiere dejar claro antes de ahondar más en el proceso, es que el mismo se realiza con total libertad y teniendo claro que son las familias las que marcan los ritmos, pudiendo abandonar en el momento que fuera si así lo consideraran oportuno.

El camino comienza con una primera charla informativa a la que sigue una formación de 16 horas.«Se trata de seguir reflexionando y profundizando en lo que supone el acogimiento», explica Margarita, que vuelve a insistir en que en todo momento «las familias dan todos estos pasos de manera libre y cuando se sienten preparadas».

Tras la formación llegan las entrevistas de valoración psicosocial. «Se trata de conocer más en profundidad a las familias acogedoras», cuenta, y aclara que en estas charlas se incide mucho tanto en la disponibilidad que tendrían para atender al niño o a los niños o en el estilo educativo de las familias. «Porque es que ellos al final son los que van a ser un modelo de referencia para el niño en cuanto a hábitos, rutinas, afecto...», reflexiona la técnico, que se refiere también aquí al caso de las familias monoparentales, con las que se deja claro la red de apoyos externos con las que contaría en el caso de que necesitara ayuda.

«Una vez que se ha hecho la entrevista se elabora un informe de valoración que junto con el resto de documentación se presenta enServicios Sociales donde pasa por una Comisión de Valoración», desglosa Margarita los últimos pasos, «y una vez presentada la posible familia acogedora, si todo va bien, se la deja inscrita en el Registro de Familias Acogedoras y ya estarían disponibles para cuando surgiera un menor que se ajuste a su familia».

Y siempre, vuelve sobre el tema, son las familias las que, una vez se les presenta el caso, deciden si siguen adelante. «No están obligadas a aceptarlo si no lo ven claro», concluye.

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