Era el reto. «Lo que realmente me hubiera gustado conseguir era una victoria». Lo decía entonces, a finales de 2018, y lo dice ahora, a finales de 2019 tras cerrar una temporada de la que Diego Rubio se reconoce «contento» cuando echa la vista hacia atrás, pese a la espinita de no haber conseguido lo que hubiera sido su objeto de deseo, un triunfo. Lo era y lo seguirá siendo.Porque ya preparando su próxima temporada 2020, la que será la tercera en las filas del Burgos BH, tiene claro que su gran reto sería volver a levantar los brazos en la línea de meta. La última vez que lo hizo fue en el 2015 en el Taça de Portugal. «No soy un ganador, eso está claro.No soy un sprinter ni un escalador puro, que son los que están ahí. Las victorias están muy caras pero hay carreras en las que se puede estar delante y vamos a intentarlo».Tiene un reto, tiene la confianza del equipo –aún no conoce el calendario para la próxima temporada– y tiene  las ganas para hacerlo posible.  
Echa la mirada atrás a la temporada 2019 y reconoce en ella a un ciclista «regular a lo largo de toda la temporada. Empecé muy bien, lo que he hizo tener confianza. La pena fue ponerme enfermo tras Valencia, porque estaba de las mejores veces que me he encontrado. Después conseguí recuperarme, estar ahí, en la disputa». Y llegó su tercera Vuelta a España, uno de sus objetivos. «Las sensaciones fueron mejores que otros años pero la verdad es que es difícil conseguir despuntar. Es un recorrido para mí muy duro.Hay días en los que sales con la idea de coger la fuga pero es complicado estar».Positiva en lo individual y en lo colectivo para un Burgos BH al que le costó arrancar el curso. «Costó que salieran las cosas pero al final todo el mundo se queda con el cierre, la Vuelta a España. El equipo sobrepasó los objetivos.Ya sin conseguir la victoria el propio protagonismo que te da el maillot de la montaña –Ángel Madrazo– es un escaparate diario para los patrocinados. Si a ello sumas la victoria, el premio a la combatividad, estar en las fugas... Los patrocinadores están muy satisfechos».
Cerrado el 2019 toca empezar a mirar al 2020, del que espera «otro pasito más. Estoy ya trabajando duro en pretemporada, tratando de mejorar algunos aspectos, como puede ser la nutrición, haciendo algunos cambios ahora, que es cuando podemos probar, con el objetivo de tener un punto más y luchar por esa victoria». Vuelve a ser el reto en un Burgos BHen el que cumplirá su tercer año tras firmar su renovación. «Hubo alguna otra opción pero no me planteo cambiar de equipo en la misma categoría porque me encuentro muy a gusto». Llegó procedente del Caja Rural RGA. «Se dieron varias circunstancias y creo que fue la mejor decisión.Tanto yo he podido aportar al equipo como el equipo me ha ayudado a mí a mejorar. Queremos seguir creciendo y si podemos hacerlo a la par, mejor».

Con la regularidad como valor

Se pedía un triunfo de etapa para el 2019 el abulense Diego Rubio pero no pudo conseguirlo. Tras un 2018 «raro», como él mismo lo calificaba después de una temporada marcada por un atropello mientras entrenaba y una caída en la Vuelta a Aragón, su segunda temporada con el Burgos BHse presentaba con ambición y ganas. Tras un inicio de temporada marcado por el autocastigo del equipo por dopaje, el curso comenzaba bien para el abulense ganando el Premio de la Montaña en la Vuelta a la Comunidad Valenciana. «La pena fue ponerme enfermo.Era uno de mis mejores momentos».Llegaría después la 7º posición en la Vuelta a Aragón, 13º en la Vuelta a Madrid, 19º en la Vuelta a Castilla y León en una primera parte de temporada que cerraba a las puertas del podio –4º– en la prueba en ruta del Campeonato de España.  A partir de ahí –pasando por la Vuelta al País Vasco y Burgos– tocó mirar a la Vuelta a España. Y se dejó ver.  Primero en la tercera etapa, junto a su compañero Madrazo y Sáez (Murias) en una larga escapada. Después en la etapa entre San Vicente de la Barquera y Oviedo que le valdría el premio a la combatividad. Su mejor Vuelta.