25 años de la Asociación Cultural La Atalaya, de Chamartín

Emilio García y Vicente García
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Desde su fundación los miembros de la misma asumen el compromiso de ayudar a dinamizar el pueblo

Recorrido de El bollo, en Chamartín - Foto: VICENTE GARCIA

DESDE el año 1980 los jóvenes de Chamartín estuvieron concienciados en desarrollar actividades socioculturales en la localidad. 

Entendieron que la vida en el pueblo, además de las tareas agrícolas, ganaderas e industriales que se realizaban en el mismo, podía y debía extenderse a otras muchas que ayudaran a su desarrollo cultural y festivo. Estaban convencidos de la necesidad vital que tenía el pueblo en su dinámica social.

Después de iniciativas voluntarias anuales impulsada por un grupo de jóvenes, pasados los años se procedió a constituir la Asociación Cultural La Atalaya sin ánimo de lucro. Inscrita en el Registro Provincial de Asociaciones (con el número 988. Sección 1ª) el día 25 de abril de 1995. Entre cuyos fines se pueden destacar de manera general: impulsar las acciones medioambientales de cara a potenciar el valor natural del término; realizar actividades en el ámbito de la animación sociocultural, celebrando jornadas de difusión del conocimiento: conferencias, exposiciones, promoción del teatro, excursiones culturales, jornadas y actividades deportivas, recuperación de la cultura y las tradiciones locales, fiestas de verano y todo aquello que ayude a dar vida a la localidad. Los estatutos de la Asociación contemplan una Junta Directiva compuesta por ocho miembros de la misma, que se renueva parcialmente cada dos años, con el fin de que todos puedan ejercer los cargos que se han establecido. Desde el primer momento se entendió que una asociación de este tipo no puede funcionar sin la  estrecha colaboración de todos.

Las fiestas de verano, organizadas por La Atalaya, son famosas en la comarcaLas fiestas de verano, organizadas por La Atalaya, son famosas en la comarca - Foto: Vicente GarcíaDesde aquella fecha, la Asociación tiene por costumbre celebrar una comida de hermandad en verano y tener la  Asamblea General de Socios preceptiva; todas las actividades se mantienen gracias a las cuotas de sus miembros que en la actualidad son 220. Durante esos días se habilitan diversas carpas, juegos y actividades para los más pequeños, desde castillos hinchables, toro mecánico hasta en el último año una actividad de realidad virtual inmersiva en 3D, bajo el océano.

Con mucho ánimo, desde el primer momento surgen propuestas que poco a poco van tomando cuerpo. Entre las numerosas actividades realizadas hasta la fecha, se pueden recordar: Dos Olimpiadas deportivas, que dieron origen a la creación de sendos equipos de fútbol femenino y masculino; excursiones culturales con el fin de descubrir el entorno medioambiental de la Sierra de Ávila. Entre ellas varias visitas a la zona geológica de gran interés denominada “Los Infiernos” (entre Chamartín y Horcajuelo), y diversas marchas con varios grupos al cerro de Gorría, lugar natural privilegiado;  también visitas culturales con los más jóvenes a la ciudad de Ávila, con el fin de descubrir sus calles y sus monumentos con una intención pedagógica y lúdica para que los niños que no la conocieran pudieran descubrir mejor la historia de la capital de la provincia; visitas a la fábrica de galletas Elgorriaga en Ávila, para comprender los procedimientos industriales en la elaboración de productos alimentarios y viajes a la ciudad amurallada, para asistir a proyecciones cinematográficas.

En el propio pueblo, y como puesta en valor, se desarrollan otras actividades como la recuperación de tradiciones como la matanza, con la participación de todo el pueblo; la Fiesta de las Águedas, tradición impulsada varias décadas atrás por las mujeres mayores del lugar. Se impartieron cursos de revelado fotográfico; varias conferencias divulgativas sobre medio ambiente y temas de comunicación; se organizaron diversos talleres de jotas, con el fin de fomentar la práctica de una tradición muy arraigada en el pueblo; y varias exposiciones de fotografías del pueblo con la intención de formar el álbum familiar local, además de convocar concurso anual de fotografía con un tema específico en el que pueden participar todos los vecinos; exposiciones de pintura de creadores locales...

Y todo esto sin olvidar la organización de una fiesta de verano que con el paso de los años se ha erigido como la más notoria de toda la Sierra de Ávila, así como el impulso de actividades lúdicas como juegos de cartas y recuperación de otros juegos más tradicionales como la petanca, la calva, los aros, etc.

La Asociación Cultural La Atalaya ha participado y colaborado activamente en otras iniciativas impulsadas en el pueblo; especialmente con los mayores de lugar, en el montaje de obras de teatro, actividades que se llevaron a cabo en la antigua escuela local y en la Iglesia; la realización de las fiestas locales y la captación de demostraciones de grupos folklóricos; en el desarrollo del Lugnasad, la fiesta vetona que organiza el Ayuntamiento desde 2006 durante dos días, y que contempla, especialmente, una recreación histórica plasmada en las murallas del castro de la Mesa de Miranda y un mercado con productos artesanales y agro alimentarios; en la celebración de dos Congresos Internacionales de Arqueología (2010 y 2011) en el Aula de Interpretación existente en la localidad, y que permitieron la presencia de prestigiosos investigadores y expertos sobre los vettones en Chamartín. También colabora y participa activamente en la “corrida del bollo”, una arraigada tradición que se celebra en la mañana del primer domingo de octubre, fiesta principal del pueblo (los jóvenes de la localidad visitan desde primera hora de la mañana todas las casas del núcleo urbano donde se les ofrecen algunas viandas y bebidas); en la celebración de la rogativa a la Virgen de Rihondo, ermita cercana, el día 28 de mayo; y en el coro que participa en la convocatoria anual de villancicos de la Sierra de Ávila.

(Información completa en el periódico impreso y la edición digital)