Está claro que, desde el pasado mes de mayo y hasta este   de noviembre para Arévalo no ha existido la palabra ‘crisis’. Así lo han asegurado los hosteleros de la ciudad que ha acogido la XVIII edición de Las Edades del Hombre, la exposición ‘Credo’, que cierra su puertas este domingo con gran éxito de público, que ha recibido más de 200.000 visitas.  

Así lo ha afirmado el presidente de la Asociación de Hosteleros de Arévalo, Asadhos, Javier Jiménez, quien ha añadido que «desde que conocimos que Arévalo iba a ser la sede de la exposición nos pusimos a trabajar en ello». De tal manera, la ilusión fue el sentimiento reinante entre todos los que formaron una mesa de trabajo de la que formaba parte esta asociación. Estuvieron trabajando hasta que comenzó la edición, el pasado 23 de mayo, con el fin de estar «a la altura» de las circunstancias. La valoración que el presidente de la Asociación de Hosteleros de Arévalo hace de la repercusión que esta muestra de arte sacro, la más importante en España, ha tenido en la hostelería es «muy satisfactoria». No en vano, a juicio de Jiménez, se ha incrementado en un 30 por ciento la cifra de clientes que han acudido a los establecimientos en estos meses.  El éxito, a juicio del representante del sector, se debe, no solo al trabajo del Ayuntamiento y las asociaciones entre las que se encuentra la suya, sino, también, a «a todo el pueblo y a los voluntarios». Han sido muchas las reuniones mantenidas, también con las localidades que han albergado ediciones anteriores de Las Edades del Hombre, con el fin de conocer los aciertos y los errores, «para intentar no cometerlos». Asegura Javier Jiménez que los meses más fuertes han sido, en primer lugar y sin ninguna duda, octubre , seguido de junio.

Aunque, bien es verdad que no se han abierto establecimientos hosteleros nuevos en este periodo, «se han mantenido los que había» que, hasta la fecha, sufrían los azotes de la crisis de manera muy considerable.

En cualquier caso, «si esta fuera una actividad continuada en el tiempo, sí se habrían abierto nuevos establecimientos», asegura Martín pero, al ser algo temporal, la situación es distinta. No obstante, desde Asadhos se está haciendo un esfuerzo por continuar incentivando la hostelería tras el cierre de ‘Credo’. Por esta razón están planteándose nuevos proyectos como las rutas de ‘Isabel la Católica’ o del Mudéjar, junto a Fontiveros y Madrigal. La exposición ha servido para dar a conocer a el rico patrimonio que atesora Arévalo, puesto que ha sido un escaparate nacional e, incluso, internacional y, por supuesto, su gastronomía. «El tostón de Arévalo es único y debemos saber venderlo como tal», ha afirmado Javier Jiménez, que no quiere dejar en el olvido la colaboración recibida de todas las administraciones. «Hemos vivido un sueño», ha concluido, «en el que la palabra ‘crisis’ no ha existido».

La aceptación por parte de los empresarios ha sido muy buena, dado que la repercusión de la exposición ha sido muy positiva llegando a contabilizarse 230.000 visitantes que han pasado por Arévalo durante estos cinco meses. Así lo ha afirmado Florentino Cuesta, presidente de la Cámara de Comercio de Arévalo.

Desde esta corporación, se han organizado varias reuniones con todos los sectores de la localidad y en casi todas ellas han participado también miembros pertenecientes al Ayuntamiento. De igual manera se han propiciado bastantes reuniones desde la mesa de trabajo creada para la ocasión. Todas y cada una de ellas, han servido para incentivar la actividad comercial y empresarial y, además, cada comercio a nivel individual ha hecho promociones de sus productos. Se solicitó por parte del Ayuntamiento con el informe favorable de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Arévalo a la Junta de Castilla y León la apertura libre de los comercios de más de 300 metros cuadrados de la localidad en lo que durase la exposición, una medida que fue concedida; otra iniciativa destacable ha sido la primera edición de Arévalo Shopping Night, iniciativa organizada desde esta corporación a petición de algunos comercios de la ciudad.

En la última semana se ha llevado también a cabo un taller sobre ‘Competitividad e Innovación en el comercio: Las claves para saber competir’. A raíz de la concesión de esta exposición a Arévalo, han sido muchos los que han querido aprovechar la oportunidad para arrancar su negocio, se han abierto bares, heladerías, una chocolatería, una juguetería y diversos comercios de recuerdos y alimentación. En general, la valoración que Florentino Cuesta hace de la repercusión de la exposición de Credo es muy positiva y considera que la exposición «nos ha abierto una puerta para poder explotar Arévalo y la Moraña».