La mujer que es inmune al dolor

SPC
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Una investigación revela que la británica Jo Cameron es insensible al daño físico debido a la mutación de un gen que provoca que produzca más sustancias relacionadas con la felicidad

Una mujer de Escocia no puede sentir prácticamente dolor debido a una mutación en un gen que provoca que su cerebro produzca más sustancias relacionadas con la felicidad, según reveló ayer un trabajo de investigación coliderado por la University College London. 

Jo Cameron, de 71 años, también experimenta muy poca ansiedad y miedo, y podría haber mejorado su capacidad de cicatrización debido a la mutación. Esto podría ayudar a desarrollar nuevos tratamientos para una variedad de enfermedades, apuntaron los autores en este artículo publicado en  el British Journal of Anaesthesia. 

«Esta mujer tiene un genotipo en particular que reduce la actividad de un gen que ya se considera un posible objetivo para los tratamientos del dolor. Ahora estamos descubriendo cómo funciona y confiamos en seguir progresando en nuevos objetivos de tratamiento», explicó uno de los investigadores del estudio, James Cox. 

A los 65 años, Cameron sufrió un problema con su cadera que conllevaba una degeneración articular, a pesar de que no experimentaba dolor. A los 66, se sometió a una cirugía en la mano, que normalmente es muy dolorosa y, sin embargo, no manifestó a los médicos ninguna molestia después de la cirugía. 

La mujer aseguró que nunca ha necesitado analgésicos después de una intervención, como procedimientos dentales. Por ello, fue referida a genetistas en la University College London y la Universidad de Oxford, quienes le encontraron dos mutaciones, una en el gen FAAH y otra en una secuencia vecina que controla la enzima del FAAH.

En su estudio, los ratones que no tenían este gen contaban con una menor sensación de dolor, cicatrizaban más rápido las heridas, presentaban menor ansiedad y tendencia al pánico. La mujer británica experimenta rasgos similares: asegura que los cortes que ha sufrido a lo largo de su vida se han sanado rápidamente. Incluso afirma que sus quemaduras pasan inadvertidas hasta que «huele carne quemada». 

Los investigadores creen que es posible que haya más personas con la misma mutación, dado que esta mujer no fue consciente de su condición hasta los 60 años. «Las personas con una insensibilidad rara pueden ser valiosas para la investigación médica a medida que aprendemos cómo sus mutaciones genéticas afectan al dolor», comentó Cox.