Sonsoles, de nuevo punto de unión del Valle Amblés

I.Camarero Jiménez
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La Ofrenda Grande, la segunda del mes de octubre, no defraudó y llenó el santuario de la virgen de fieles que disfrutaron con el baile de la bandera, en esta ocasión ofrecido por Antonio García, de Gemuño

Sonsoles, de nuevo punto de unión del Valle Amblés

El acceso al Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles ya preludiaba minutos antes de las 12 horas que la Ofrenda Grande iba a hacer honor a su nombre. Decenas de coches aparcados en los arcenes, en los caminos adyadentes y en las zonas de descampado auguraban una festividad religiosa multitudinaria y fue así, no defraudó. Es sin duda uno de los grandes días de todo el Valle Amblés, un momento de unión entre los 15 pueblos que conforman este pequeño trocito de Ávila, que especial devoción profesa a la virgen de Sonsoles y había que demostrarlo.

A las 12 se puede decir que se abría el telón de la Ofrenda Grande a todo el público, pero realmente las celebraciones de algún modo comienzan muchas horas antes pues no son pocos los vecinos de estos municipios que emprenden a pie y de noche el camino hasta la ermita para ver a su ‘señora’, desde Tornadizos, desde Padiernos, desde Gemuño... y es que de esta fiesta toman parte y son protagonistas nada menos que los habitantes de esos 15 municipios: Los tres mencionados y también El Fresno, Aldea del Rey Niño, Cabañas, Niharra, La Serrada,  Muñopepe,  , Muñogalindo, Santa María del Arroyo, Duruelo,Martiherrero,  Narrillos de San Leonardo, Salobral.

Todos ellos procuran reunirse mucho antes a eso de las 10 en la misa del peregrino y tras ella es cuando por primera vez se lleva a cabo el tradicional y sobrecogedor baile de la bandera, que tantas horas de ensayo tiene detrás. Se hace al otro lado de la carretera, en una hondonada y junto a una cruz frente a la ermita. Un baile que en esta ocasión tenía dos nombres propios, el de Gemuño, por un lado y el del joven Antonio García (de 30 años de edad), encargado de poner el ritmo y el esfuerzo a este acto cargado de simbolismo. Se repitió también a eso de las 13,30 cuando la Eucaristía de las 12 llegó a su fin y en distinto lugar, en la antigua plaza de toros ubicada en la parte posterior del Santuario. Fue después el tiempo de la subasta de banzos, previo a la devolución de la virgen a su templo donde aguardará hasta la última de las ofrendas de octubre que organiza La Colilla de cara al próximo domingo.

Sonsoles, de nuevo punto de unión del Valle AmblésSonsoles, de nuevo punto de unión del Valle AmblésEsta demostración de fe estuvo como siempre apoyada por no pocas autoridades de la ciudad y de todo signo político y de los pueblos participantes. Junto a ellos ejerciendo de anfitriones y para que todo saliera correctamente, el Patronato de Sonsoles.

Destacar que como es habitual no fueron pocos los asistentes que iniciaron el día con estos actos religiosos, pero que decidieron continuarlo en los alrededores de Sonsoles, aprovechando el buen tiempo (un poco ventoso, bien es verdad) para comer al aire libre y en un entorno privilegiado, que como siempre se adornó de los típicos puestos de garrapiñadas de Riofrío y Mingorría, o los dulces de Amavida además de con los globos de helio para los niños o los tenderetes de juguetes. Tampoco faltó la música del grupo Azor, que es un clásico de la jornada.