"La llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando"

J.M.M.
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El Papa Francisco se suma a la conmemoración del 50 aniversario de la concesión del título de doctora de la Iglesia a la "Santa andariega" en una emotiva misiva enviada al obispo de Ávila, José María Gil Tamayo

"La llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando” - Foto: Isabel García

El Papa Francisco se ha sumado también a la conmemoración del 50 aniversario de la concesión del título de doctora de la Iglesia a santa Teresa de Jesús, un 27 de septiembre de 1970 por san Pablo VI, y lo ha hecho mediante una carta dirigida al obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, el pasado 19 de marzo, cuyo contenido ha sido dado a conocer este lunes, 12 de abril, en la misa celebrada en la iglesia de La Santa con la que ha arrancado el Congreso Internacional ‘Mujer Excepcional. Cincuenta Año del Doctorado de Santa Teresa de Jesús’, organizado por el Obispado de Ávila, los Carmelitas Descalzos y la Universidad Católica de Ávila. 

En su misiva, el pontífice recuerda que “ella fue la primera mujer en recibir ese título que reconoce el precio magisterio que Dios nos ha regalado en sus escritos y en el testimonio de su vida”, recalca que “a pesar de los cinco siglos que nos separan de su existencia terrena, la llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando en este mundo siempre necesitado de testigos valientes, capaces de romper cualquier muralla, sea física, existencial o cultural”. Y añade que “ella fue “una mujer excepcional”, como la definió san Pablo V”, al tiempo que Francisco remarca que “su arrojo, su inteligencia, su tenacidad, a los que unió una sensibilidad para lo bello y una maternidad espiritual hacia todos aquellos que se aproximaban a su obra, son un ejemplo eximio del papel extraordinario que la mujer ha ejercido a lo largo de la historia en la Iglesia y la sociedad”.

El papa insiste en que “la Santa de Ávila nos sigue hablando hoy a través de sus escritos y su mensaje está abierto a todos, para que al conocerlo y contemplarlo nos dejemos seducir por la belleza de la palabra y por la verdad del contenido, y pueda hacer brotar dentro el deseo de avanzar en el camino hacia la perfección”. Y apunta que “tenerla como amiga, compañera y guía en nuestro peregrinaje terrenal confiere seguridad y sosiego en el alma”. Es por ello que, según afirma Francisco, “su ejemplo no es sólo para aquellos hermanos y hermanas nuestros que sienten la llamada a la vida religiosa, sino para todos los que desean progresar en el camino de purificación de toda mundanidad, y que conduce al desposorio con Dios, a las elevadas moradas del castillo interior”.

En su misiva, el papa lanza un mensaje de ánimo “a todos los miembros de esa Iglesia particular, sacerdotes, religiosos y laicos, como también a todos los organizadores y participantes en el Congreso internacional que se celebrará en la Universidad Católica Santa Teresa, para que sigan profundizando en el mensaje de la Santa abulense y difundiendo sus enseñanzas”. Y apunta que “es hermoso recordar que todas las gracias místicas que recibía la trasladaban al cielo; pero ella supo trasladar el cielo a la tierra, haciendo de su vida una morada de Dios, en la que todos tenían cabida”. A su vez, remarca que “para que nuestra sociedad sea cada vez más humana, y todos podamos vivir en la fraternidad que viene de un mismo Padre, es todo un programa escuchar su invitación a “entrar en nosotros” para encontrar al Señor (Moradas, 2, 1, 1) y así testimoniar que “sólo Dios basta””.

Finalmente, el pontífice destaca que en este Año jubilar que la Iglesia dedica a san José, “bienaventurado Protector”, no podía terminar este mensaje sin recordar “la gran devoción de la Santa andariega por él”. “La tomó como maestro, abogado e intercesor; á el se encomendaba, teniendo la certeza de que recibiría las gracias que le pedía. De su experiencia animaba a otros a que hicieran lo mismo (cf. Libro de la vida, 6, 6-8; Carta ap. Patris corde, 8 diciembre 2020)”. Y recordó que “tal fue su devoción que, con motivo de sus fundaciones, recorría las tierras de Castilla y de Andalucía acompañada por la imagen de san José”, para añadir, finalmente, que “los santos siempre van de la mano, y nos sostienen por la confianza puesta en su intercesión. Que ellos intercedan por ustedes”.

Concluye su misiva, firmada en San Juan de Letrán (Roma) el 19 de marzo de 2021, manifestando que “el Señor los bendiga, y la Virgen Santa los cuide. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí”.