Ávila recuerda a San Juan Pablo II

J.M.M.
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El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, inauguró un busto del santo polaco, que se ha ubicado en la plaza de La Santa, con el que se quiere rendir homenaje al Papa que visitó la ciudad amurallada en 1982

Ávila recuerda a San Juan Pablo II - Foto: Isabel García

El busto de San Juan Pablo II con el que la diócesis de Ávila ha querido rendir homenaje al santo Papa polaco ya luce en la plaza de La Santa, tras el acto de bendición e inauguración que tuvo lugar este lunes. El sencillo acto, presidido por el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, sirvió para recordar con “cariño” la visita que San Juan Pablo II realizó a la ciudad amurallada en 1982, el 1 de noviembre, para clausurar solemnemente el IV centenario de la muerte de la mística abulense, a la que se refirió como “hija singularmente amada de la sabiduría divina”, una figura “cumbre para la Iglesia y para el acervo cultural de la humanidad”.

La escultura, que muestra el rostro de San Juan Pablo II sobre un pedestal y que se ha ubicado en una esquina de la plaza que acoge la casa natal de Teresa de Cepeda y Ahumada, es obra del escultor extremeño Fernando Montero de Espinosa y con ella la diócesis brinda la oportunidad para que todo el pueblo abulense pueda tener cerca la figura de un Papa santo, cuyo testimonio sigue presente hoy entre nosotros, un sencillo homenaje de Ávila al pontífice que pisó las calles de la ciudad amurallada y cuya visita sigue siendo recordada con mucho cariño, especialmente esa misa multitudinaria en el lienzo norte de la Muralla.

En el acto, en el que también estuvieron presentes el presidente de la Diputación Provincial de Ávila, Carlos García, el delegado territorial de la Junta en Ávila, José Francisco Hernández Herrero, el subdelegado del Gobierno, Arturo Barral, o la teniente de alcalde de Empleo, Industria, Comercio y Turismo, Sonsoles Prieto, entre otras autoridades, así como un nutrido grupo de fieles que acudieron espontáneamente a vivir ese momento, ya que no había convocatoria ‘oficial’, se recordaron algunas de las palabras que tributó Juan Pablo II dedicadas a la Santa en aquella homilía, y el obispo de Ávila, en declaraciones a los medios de comunicación, resaltó que este acto suponía “recordar a un Papa que ha marcado un momento importante de la historia por su largo pontificado, pero también que ha sido el Papa más viajero, ha estado en todas partes del mundo”.

Gil Tamayo insistió en que San Juan Pablo II “ha llevado esa presencia religiosa y ha tenido una especial predilección” por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, “primero porque en su historia personal, como él dijo, la influencia de los santos abulenses ha sido importante en su vida espiritual, y en la de su país, Polonia”. El obispo de Ávila recordó que “él mismo quiso ser carmelita descalzo y venir a Ávila, para él que además hizo su tesis doctoral en Teología sobre la fe en San Juan de la Cruz, y el español que conocía era el español del acercamiento al místico castellano, es poner geografía a su fe; y esa geografía, como él mismo nos relató, explica también muchas cosas del itinerario espiritual místico, magnífico, grandioso y de referencia para la Iglesia de la Santa abulense”.

Con lo cual, siguió diciendo Gil Tamayo, “además de la venida de Juan Pablo II, de su imagen en la iglesia de San Ignacio, tener en la calle de Ávila una imagen suya es también tener un reconocimiento a este santo Papa”.

Este acto coincidió en el tiempo con un nuevo hito teresiano, ya que este lunes arrancaba también el Congreso internacional que se organiza para conmemorar el 50 aniversario del doctorado de Santa Teresa de Jesús, “la primera doctora de la Iglesia”, y recordó Gil Tamayo que “en 2022 se cumple el cuarto centenario de la proclamación de Santa Teresa de Jesús como santa, el 12 de marzo de 1622”, con lo que “estamos en un tiempo muy teresiano prolongado aquí en Ávila” que “trae actualidad sobre el mensaje y la vida de Santa Teresa de Jesús para nuestro tiempo”.

A su vez, Gil Tamayo quiso también recordar el ofrecimiento que le han hecho al Papa Francisco para que acuda a esta tierra porque “Ávila le espera”, si bien reconoció que “somos conscientes primero de la edad del Papa” y de que “ha hecho una prioridad en los países más pobres y más necesitados”. Y así, continuó explicando, “aunque las razones humanas le desaconsejan que vaya, ha ido a Iraq, pero él en eso es un intrépido de Dios y quiere estar en los escenarios de los más pobres, de los más necesitados, para que se oiga su voz y prestársela a los que no la tienen, y sobre todo ser heraldo de la paz”.