La lluvia que todo lo puede

Beatriz Mas
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El agua, que llega en forma de tormentas, sigue causando estragos cuando aparece en la provincia de Ávila, de nuevo con carreteras que se tienen que cortar y con casas y garajes que se inundan

La lluvia que todo lo puede - Foto: Belén González

Problemas por la falta de lluvia y problemas cuando llueve. Así parece estar viviendo la provincia de Ávila e las últimas semanas porque mientras permanece la sequía cuando llegan las lluvias llegan en forma de tormentas que causan inundaciones y dificultades para la vida cotidiana de las personas, pro ejemplo en cuanto a la movilidad. Así sucedió cuando las tormentas volvieron a hacer acto de presencia en la provincia de Ávila, cayendo con intensidad y creando problemas durante el martes, y haciendo que este miércoles se tuviera que dedicar a las labores de limpieza, especialmente en carreteras pero también en caminos o viviendas donde había entrado agua.

Respecto a la lluvia caída, destacan los 44,2 litros por metros cuadrados de Gotarrendura este martes, la máxima de Castilla y León. Además, Muñotello registró 31,2 litros y en el Pico se llegó a los 26,6.

Pero más allá de la caída de agua, los problemas llegaron por los embalsamientos y el movimiento de tierras. Esto hizo, por ejemplo, que se tuviera que cortar la N-403 entre Blascosancho y Adanero el martes mientras que el miércoles dos carreteras de la provincia de Ávila se veían afectadas a primera hora de la mañana por las inundaciones provocadas por las tormentas que descargaron con fuerza. En concreto, los conductores se encontraron con dificultades en Gotarrendura y Pajares de Adaja, según la información facilitada por la Dirección General de Tráfico (DGT).

Asimismo, la circulación fue irregular en la AV-804 entre Gotarrendura y Villanueva de Gómez, entre los kilómetros 18,5 y 24,5, y también existían problemas en la N-403 en Pajares de Adaja, entre los kilómetros 168 y 170, según recogía la agencia Ical.

En cuanto a las llamadas de emergencias, el 112 gestionó entre las 21,20 y las 22,30 horas del martes a causa de incidencias relacionadas con la lluvia más de 200 llamadas en la región. En Ávila fueron tres avisos, en Bonilla de la Sierra, Hernansancho y San Esteban del Valle.

En ningún caso hubo heridos ni fue necesaria asistencia sanitaria, aunque sí hubo que movilizar diferentes medios como fue el caso de los Bomberos, entre otros.

Lo que sí se necesitó durante el miércoles es intensificar las labores de limpieza en los pueblos afectados, como se pudo ver, por ejemplo, en lo Moraña.

Allí, en Gotarrendura, tras las intensas lluvias sufridas, señala su alcaldesa Yolanda de Juan López que sí ha habido garajes inundados y casas en las que ha entrado agua, lo que ha sucedido incluso en una de las habitaciones y el patio del Museo López Berrón. En todo caso, los trabajadores municipales ha estaban trabajando, especialmente ante el barrio que se había producido por arrastre y agradeciendo que, dentro de lo malo, no hubiera daños personales. Lo que sí se vivió con más dureza es «el mucho agua que cayó en poco tiempo» el partes por lo que también está siendo necesario la limpieza de sumideros y rejillas. Además la circulación fue complicada pro el agua embalsada y el barro que hacía resbalar los coches como se vio con la carretera hacia Hernansancho.

También en esta localidad, su alcalde, Jesús Gallego, hablaba de las labores de limpieza que se realizaron el miércoles, por ejemplo en las carreteras y en otros caminos tras «el diluvio» que cayó e una hora y media y que llevó a cortar las carreteras a Gotarrendura o Villanueva de Gómez. También en esta localidad el agua entró en varias casas.

Y una situación parecida se vivió en Pajares de Adaja. Jesús Caro, alcalde de la localidad, explica que ayer estuvieron trabajando la empresa de carreteras y otros medios del Ayuntamiento para limpiar «toda la arena y las pajas que llegaron porque se ha segado poco y no ha habido lluvias por lo que el cereal no recogido se vio arrastrado al municipio». Por ello se estuvo limpiando todo lo que se pudo, también pensando en la posibilidad de nuevas tormentas. Por ello hoy se espera llevar la limpieza a dos arroyos y luego pasar a las cañerías que están «anegadas de tierra».

En cuanto a los daños, el agua sí que entró en cuatro ó cinco casas pero tuvieron suerte de contar con colaboración puesto que se llamó a Subdelegación de Gobierno, a quien se agradece su labor, y llegaron medios como la Guardia Civil, Bomberos o Protección Civil así como la empresa encargada del mantenimiento de la carretera nacional «que nos dieron mucha seguridad y estuvieron hasta el final», mientras se acumulaba el agua. Además «los vecinos se volcaron en ayudar, como sucede siempre que pasan estas cosas», explica Caro e incluso a «un abuelo que no quiso abandonar su casa se le acompañó y se trabajó para que no entrara el agua».

Las tormentas también estuvieron presentes en otras zonas como el Corneja o el Valle del Tiétar. En concreto, en Piedrahíta, se vivió una intensa tormenta de granizo y agua en poco tiempo «que supuso que se acumulara mucha agua», explica el alcalde, Federico Martín. Aunque no hubo daños personales sí que se vieron afectadas calles y caminos, en lo que se estuvo trabajando el miércoles para volver a la normalidad con todos los operarios municipales. Aún así no se consiguieron finalizar las labores de limpieza «porque había bastante arrastre e incluso se han atascado algunos acuíferos», afirma.