La magia, y lo ilógico inundan las calles de la ciudad

M. Lumbreras
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Comienza el Festival 'Ávila Mágica', que promete llenar de ilusiones y momentos realmente incomprensibles para el pensamiento los escenarios de los mejores lugares de la capital

La magia, y lo ilógico inundan las calles de la ciudad - Foto: Belén González

La magia vuelve, un año más, a llenar las calles de la capital con una nueva edición del Festival ‘Ávila Mágica’ que tendrá lugar en la ciudad a lo largo de todo el fin de semana.

La magia tiene el encanto de lo desconocido. En un mundo cada vez más certero, donde la seguridad inamovible campa a sus anchas cada día más, la incertidumbre que provocan los trucos de magia, ese no saber qué es lo que uno está viendo con sus ojos, es cada vez más necesario. Para demostrarlo, el Festival estará lleno de espectáculos dispuestos a fascinar los sentidos del más incrédulo.

Dentro del programa de actuaciones que comprende el festival, tuvo ayer lugar la sección ‘Maestros de Ávila’, en la que los mejores magos de la provincia intentaron dejar con la boca abierta y la lógica por los suelos a los vecinos de la capital que se acercaron ayer al auditorio de San Francisco.

La gala ‘Maestros de Ávila’, planeada en un principio para ser realizada en el patio del Episcopio, comenzó pasados pocos minutos de las 18:00 con un auditorio a medio llenar. Llevaba el peso de la presentación el mago Nano, que ha sido el encargado de presentar al resto de artistas participantes y dinamizar la gala. En su número inicial, el mago Nano ha llevado a cabo el truco de la cuerda, mediante el cual cortaba una cuerda en diversos trozos iguales para luego volver a unirlos –por arte de magia– y hacer de los fragmentos una sola cuerda.

Otros magos participantes fueron Miguel-on –que puso en práctica trucos con caja y sombrero o con una vasija en la que vertía líquidos de colores, los mezclaba y los volvía a separar– el mago Óscar o Fernando Espí.

Más tarde, tuvo lugar en el Lienzo Norte la Gala Nacional de Magia, con la presencia del ilusionista Raúl Alegría. El propio mago lo advirtió al principio del show: «voy a practicar casi todas las modalidades de magia». Y así lo hizo. Con la Bilirrubina de Juan Luis Guerra de fondo, Alegría hizo volar trapos sin que se acercaran si quiera a sus manos, cambió billetes de 5 euros por otros de 50 o reveló las cartas marcadas hurgando con sus manos  en las bolsas donde estaban escondidas. Todo un espectáculo.