Arte que dialoga entre sí y con el espectador

D.C
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El abulense Raúl Mayo inauguró ayer en el Palacio los Serrano de la Fundación Ávila una muestra individual en la que invita al visitante a interaccionar a través de dibujos, esculturas y dos intervenciones en otras tantas salas

Arte que dialoga entre sí y con el espectador

El artista abulense Raúl Mayo celebra en el Palacio los Serrano de la Fundación Ávila una exposición individual en la que, además de una treintena de obras en las que el mundo de la escultura y las geometrías son las principales protagonistas, cuenta con dos intervenciones en ese espacio cultural que enriquecen la oferta primera y buscan una implicación activa del espectador con lo que se le pone ante sus ojos y le invita a reflexionar.

La exposición, titulada ‘Embalajes’ y comisariada por Miguel Ángel Espí, la llenan un conjunto de piezas que juegan con el visitante,  la mayoría de ellas colgadas en la pared de la sala a modo de cuadros –con los fondos (patrones y bajorrelieves), velados por un enrejado de papel– y otras cinco –esculturas de hombres abúlicos sobre altas sillas– ocupando un espacio que arranca en el suelo, concebidas y colocadas de tal manera que aunque parece que a veces se estorban en realidad están creando un constante diálogo, no solamente entre ellas sino también con la sala y con el espectador, protagonista este último al que a veces se convierte en parte interactiva del conjunto.

La exposición, que su autor ha buscado que sea «inmersiva» por el camino de convertir la propia sala en parte activa de la muestra, cuenta también con unos paneles con sonido y con grandes «celosías» creadas con papel que implican al espectador a través de la reivindicación del aspecto social de la persona.

Explicaba Raúl Mayo, tras agradecer a la Fundación Ávila la oportunidad que le brindaba, que «he querido transformar la sala en un gran cuadro, como metáfora de que vivimos en una sociedad montada en teoría para que todo funcione bien, pero en realidad esa libertad no es verdad, vivimos enjaulados y creo que esa es la sensación que percibe el visitante de ‘Embalajes’». «Nos dan muchas opciones pero al final nos controlan todo, y eso hace que el hombre a veces esté a gusto y otras agobiado, y parece que el único remedio es saberlo y cómo posicionarte; y los cuadros hablan precisamente de eso, de esas ataduras frágiles pero que el hombre no rompe porque está a gusto con ellas».