El Real Ávila mereció más

A.S.G.
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Gustavo no falló en su regreso. El equipo encarnado fue merecedor del empate en un encuentro en que fue de menos a más y en el que la Arandina, que no supo sentenciar, hizo bueno el tanto del exencarnado en el minuto 7

Partido del Real Ávila ante la Arandina. - Foto: David Castro

Real Ávila, 0

 

Arandina, 1

Pindado

Josito

Javi

Cabrera

(Gabri, 54’)

Llorian

Jean Claude

Aarón

Juanito

(Jonathan Plaza, 70’)

Chiqui

Yagan

(Iván Vila, 77’)

Vicente

  Juanjo

Cristian

Dela

Peralta

ManuCabezas

Lobera

(Niche, 66’)

Yeyo

Gustavo

Adri

(Durántez, 54’)

Ayrton

(Carmelo, 81’)

Gabi

Goles

0-1 (minuto 7) Gustavo

Árbitro

Rivera García (Valladolid).Mostró cartulinas amarillas a los locales Gabri y Chiqui, y al visitante Peralta.

Incidencias

Encuentro correspondiente a la jornada 24ª de Tercera División grupo VIII, disputado en el Adolfo Suárez ante 400 espectadores

El empate no hubiera sido un mal premio para un Real Ávila que mereció mejor suerte que la derrota ante una Arandina obligada a ganar en un choque con más tensión que fútbol –especialmente en la segunda parte– en el que se hizo patente que el cambio de actitud en el cuadro local es una realidad. Sin embargo, al menos de momento, no es suficiente.Siguen pesando las dificultades del equipo encarnado por encontrar el camino del gol.Mientras que Vicente, el ‘9’ del equipo, siguió sin encontrar puerta con la facilidad que demostraba en categorías inferiores y que le llevaron al equipo encarnado, Chiqui y Aarón se encontraron con Juanjo cuando quisieron probar fortuna tando desde lejos como de cerca. Menos, mucho menos, necesitó Gustavo.El cebrereño regresaba al Adolfo Suárez tras su salida del equipo el pasado verano –el club no le ofreció la renovación que esperaba y deseaba– con las miras puestas en reivindicarse.Y lo hizo de la mejor manera que supo, con un tanto que significó la victoria en un partido en el que pasó desapercibido más allá del remate –y una gran asistencia a Lobera– con el que permitió a los suyos mantenerse firmes en la pelea por el ascenso.     

Debutó Jean Claude en el equipo encarnado y dejó buenas sensaciones. Se dejó ver –que no es poco– la pidió para comenzar a elaborar el juego del equipo y se hizo merecedor, al menos por lo poco que se ha podido ver de él, de la espera de cinco meses para poder ficharlo. Sin embargo no fue el único invitado y protagonista de un encuentro marcado por el fuerte aire, demasiado caprichoso cuando ambos equipos trataron de buscar los desplazamientos en largo. Se benefició de ello la Arandina, que con el aire a su favor supo sacarle provecho cuando en el minuto 7 una falta botada desde un lateral significaba el primer tanto de los visitantes. Se había protegido José Luis Diezma en su banda derecha -Josito de lateral y Juanito de interior- ante las posibles incursiones de Dela.Lo lograron, pero no contó con que el tanto pudiera llegar a balón parado. La colgó Yeyo y la rosca tomó forma mientras alcanzaba las inmediaciones del área pequeña, donde Gustavo cabeceaba a placer al fondo de la red.Pindado, que rehuyó la salida, trató de estirarse para blocar el cuero, pero no pudo impedir el tanto del exencarnado, comedido y respetuoso en la celebración.

Sin embargo el gol no descompuso a los encarnados. Si Vicente –minuto 3– había tenido una gran ocasión a saque de córner en la que cazó el rechace con el pecho y armó la pierna rápido sin éxito, volvería a tener otra gran oportunidad en el 13’ cuando  Juanito robó la cartera a Dela en la zona de córner y le servía al ‘9’ encarnado un gran balón que  mandaría por encima del larguero. Merecía el empate el conjunto encarnado, que poco a poco empezaría a perder fuelle ante una Arandina que, tras el apretón encarnado, empezó a sentirse cómoda. Pudo incluso sentenciar, aunque perdonó. Salvaría Pindado al Real Ávila del segundo de los blanquiazules en varias ocasiones en un tramo final del primer tiempo en el que el equipo  quedó desdibujado al tiempo que Adri copaba el protagonismo.

Hasta en dos ocasiones impediría Pindado el tanto del ‘11’ arandino, que empezaba a causar estragos en la banda de Josito y Juanito. En el 20’ tiraría de reflejos para sacar a una mano un disparo del arandino en el vértice del área pequeña tras un saque de falta que sorprendía a la zaga abulense, mientras que en el 28’, tras un robo en el arranque de la jugada, le permitiría rematar con fuerza desde el punto de penalti –Pindado despejó a córner– en una jugada que invitaba a rematar con la derecha. Entre medias, en el 26’, Javi apagó el fuego cuando Josito fallaba en el despeje y dejaba el balón franco a remate del ‘11’ de la Arandina, que vio el cruce del central abulense justo cuando trataba de fusilar al cancerbero local .

 Eran los peores minutos de un Ávila desdibujado. Descolocados, el equipo perdió toda presencia mientras el paso de los minutos favorecía a una Arandina que empezó a replegarse y buscar las contras de Ayrton. Aún tendría la Arandina una antes del descanso cuando Lobera, aprovechando el viento a favor, la pegó fuerte desde lejos y Pindado despejó a córner. El Ávila abandonaba el campo con la sensación de haber salvado los muebles.

Sin control arrancó la segunda mitad y sin control terminaría. Tuvo el Real Ávila en sus manos lograr un mayor premio ante una Arandina que acabaría el partido con todos sus defensores sobre el campo –Carmelo sustituyó en el tramo final a Ayrton para amarrar los tres puntos– y en el que la grada pudo comprobar que Juanjo también había viajado en la expedición de José ‘Chino’Zapatera.  

Si Lobera desperdiciaba –minuto 51– una gran jugada de Gustavo para mandar el pase a la grada descubierta cuando Ayrton esperaba el pase por raso en boca de gol, Chiqui respondería con fuerza con un cabezazo en el segundo palo que Juanjo mandó a córner. La volvería a tener Chiqui en el 75’ con una volea impecable en la que hizo de un balón que caía con nieve una oportunidad de gol. Juanjo volvería a impedirlo. Haría lo mismo en el 88’ en un disparo de falta de Aarón desde la frontal.

Jugó con fuego la Arandina y la apuesta salió cara. Ganaría por la mínima en un partido donde el empate hubiera sido lo justo.