Reforestación comunitaria

Redacción
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Más de 150 personas venidas de diferentes puntos se dieron cita en el camino de Solosancho a Sotalbo para plantar semillas y plantones de vegetación autóctona en una de las zonas afectadas por el gran incendio de la Sierra de La Paramera

Reforestación comunitaria - Foto: Pilar Bardera.

Nos definen nuestras acciones, no nuestras palabras. Es el mensaje que Juan Carlos Soto quiso ofrecer en nombre de los participantes y colaboradores tras la celebración este sábado de una jornada de reforestación en una de las zonas arrasadas por el gran incendio de este verano en la Sierra de La Paramera. Una acción en la que se dio la simbiosis entre el ser humano, la tierra y la semilla, y se obró el milagro de la germinación.

Más de 150 personas venidas de muy diferentes puntos, colaborando generosamente, tal y como sucedió en otras épocas en los pueblos cuando se participaba a «'hombro vecino', a 'prestación personal', 'a caminos', 'huebras' o 'hacenderas' y que ahora llamamos trabajo comunitario», explicó Soto.

Todos ellos confluyeron en Solosancho, y más  concretamente en el camino a Sotalbo, arribamos al magnífico encinar que corona el Valle Amblés, abrazado por la Sierra de la Paramera y la Sierra de Ávila, a los pies del Castillo de Manqueospese y el fabuloso Castro de Ulaca. Personas de todas las edades y de diferentes colectivos sociales, del ayuntamiento de Solosancho, comprometidas con el bien común, con el paisaje y con la vida, pusieron su granito de arena para la recuperación de la zona en forma de semillas de encina, de fresno, plantones de tejo... para que la vegetación autóctona siga cubriendo las sierras de Ávila.