La hostelería recibe otro «mazazo» con las restricciones

B.M
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Desde la Federación de Hostelería insisten en que lo que hay que hacer es perseguir fiestas ilegales y botellones y recuerdan que las administraciones locales tienen ahora una herramienta para ello, aunque reconocen que es «difícil»

La hostelería recibe otro «mazazo» con las restricciones - Foto: David Castro

De nuevo la hostelería es uno de los sectores que más se ven afectados por las medidas especiales de salud pública aprobadas por el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León. Medidas que pasan, entre otras, por la prohibición del consumo en barra y de pie en el interior de bares y restaurantes y en las mesas un máximo de diez personas, el cierre de hostelería a las 1,30 horas, cierre de discotecas y salas de fiesta para consumo en el interior del local o que no se puedan realizar cócteles.

Tras conocerse estas restricciones, el presidente de la Federación de Hostelería de Ávila, Fernando Alfayate, asegura que suponen «otro mazazo para la hostelería» y considera que es responsabilizarles y echarles la culpa «de los contagios cuando todos sabemos que no la tenemos».

Afirma que, en el caso de bares, restaurantes y cafeterías, «es prácticamente lo que veníamos haciendo, lo único que nos impide es el consumo en barra y nos limita el aforo al 75 por ciento en el interior y mesas de diez personas. En el exterior todo sigue igual. Y el horario, que cerramos a la 1,30 horas». 

Sí que reconoce que «a los que más afectan es a discotecas y salas de fiesta y gente que se dedica a banquetes y eventos. Antes en el interior podías tener mesas de 25, dar incluso el cóctel de pie. Ahora tiene que ser todo sentado y a la hora del baile de una discoteca o de una boda o evento no se va a poder realizar. Vas a tener que hacerlo al aire libre, el que tenga posibilidades no va a tener problema, pero el que no tenga esa posibilidad esos ingresos no los tendrá». Además a los propios usuarios, señala, se les ha «prohibido esa opción y resulta que no vas a poder invitar a la discoteca a tus amigos como es tradicional».

«Si no puedes hacer una barra libre, pues pierdes los ingresos», añade, mientras reflexiona que cada vez hay más restricciones y esto hace que la gente se eche para atrás a la hora de organizar» eventos. «Si tienes una boda preparada para 150 personas y salen medidas de estas, mucha gente se retrae, tiene miedo, y pasa a ser una boda de cien con la consiguiente disminución de ingresos».

Respecto a qué tipo de establecimientos hay para estos eventos en Ávila, afirma que hay un poco de todo pero «tenemos el prototipo de lugar que celebran bodas en Ávila que, por suerte están haciéndolo bastante bien, como todos. Por ejemplo hay sitios que tienen su espacio al aire libre, donde se puede hacer, eso sí, sentado, pero también hay una instalación de discoteca o sala de baile que no se puede utilizar. Sí te afecta».

En el aire queda la pregunta de hasta qué punto serán útiles este tipo de medidas. Pero Fernando Alfayate lo tiene claro. «Lo útil es perseguir las fiestas ilegales y los botellones. Si en hostelería estamos cuidando mucho, por la cuenta que nos trae, sobre todo para no contagiarnos y que nuestros empleados no se contagien, si ya estamos siguiendo las normas, pues ya las estamos siguiendo. No hace falta que pongan más normas». Cree que restringir en hostelería es hacer lo fácil, pero «lo que tienen que hacer, que sabemos que es más difícil, es el control del público, a la gente que está en la calle».

Sobre las nuevas medidas considera que hay dos puntos importantes. Uno de ellos es que ya responsabilizan también a los clientes de que abandonen los establecimientos de hostelería en el horario. Si no los abandonan a tiempo, son también responsables y antes esta responsabilidad solo recaía en la hostelería. El segundo, que han dado herramientas e indicaciones a las administraciones locales para que puedan luchar contra los botellones y la fiestas en parques. «Ya tienen la excusa» y cualquier administración local «no tiene que ser el malo de la película» puesto que cuentan con la orden de actuar contra esas concentraciones desde una institución superior jerárquicamente a ellos. «Así que se lo han puesto en bandeja para acabar con el botellón», aunque él mismo sabe que es muy difícil luchar contra esta práctica.

En lo que no cambia Alfayate es en seguir haciendo un llamamiento a la responsabilidad de todos los hosteleros y también de todos los ciudadanos. «Esto no se acaba si todos no colaboramos», cierra.

Las consecuencias de las nuevas restricciones se ven en el día a día de los establecimientos. Un ejemplo está ahora en Sofraga Palacio donde, según explica Ismael Salgueiro, donde más se ven afectados en es «eventos, que no se puede hacer barra libre ni cóctel. Para nosotros al final es dejar de dar servicios» pero peor es para la gente que tiene contratado, «sobre todo bodas, que tienen que pensar en reorganizar absolutamente todo o plantearse cancelarlo. Nosotros como empresa significa perder ventas o cancelar eventos porque si lo que tienes contratado son cócteles, obviamente no los puedes hacer. Significa posibles cancelaciones de eventos y servicios y esto es generar menos ingresos. El trastorno es sobre todo para los novios de estas dos semanas siguientes que tenían cócteles y no podrán hacerlo, y si lo hacen, será sentados». Eso ya se hizo en la primera parte de la pandemia, con los aperitivos en mesa y copa de sobremesa, en vez barra libre. «Pero no todo el mundo está dispuesto a hacer este tipo de servicios», señala. 

A eso tienes que añadir que hay un personal programado para una serie de servicios y ya no se va a contar con esos trabajadores. Explica que el 99 por ciento de los eventos es con cóctel, luego el banquete y  barra libre, y dos terceras partes de ese evento directamente no se pueden dar. Esto significa cancelaciones de eventos y servicios. Es cierto que a día de hoy «no tenemos nada cambiado porque acaban de sacar la noticia» pero, por ejemplo un día tenían mesas de 25 y ahora de diez, por lo que ahora llega el momento de adaptarse y ver cómo se desarrolla todo las semanas siguientes.

En su opinión, que deja claro que es personal, «se ha gestionado mal la apertura y flexibilización de restricciones» y son los negocios los que están pagando las consecuencias.