"En peluquería es fundamental trabajar con mimo"

I.Camarero Jiménez
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Salvador Díaz lleva 37 años junto a Fanny, su compañera de vida, al frente de Fanny Peluqueros, ahora se ha puesto también a la vanguardia del gremio en las reivindicaciones del sector para que les bajen un IVA que pasó del 8 al 21% hace mucho tiempo

"En peluquería es fundamental trabajar con mimo" - Foto: Isabel García

Salvador Díaz (Grandes y San Martín, 1960) se siente un privilegiado. Es así por muchos motivos -y no por este orden-, pero lo cierto es que su profesión, la de peluquero, le permite seguir trabajando incluso en tiempos de pandemia y eso no lo puede decir mucha gente, demasiada. También se siente afortunado por poder hacer lo que quiere, lavar, cortar, peinar... Crear, al fin y al cabo. Y aunque reconoce que en un principio su inclinación profesional no era ésta, que lleva ejerciendo ya casi 40 años, consiguió enamorarse día a día de lo que hace.

Si hay algo que ensalza de su cometido es que es una labor que «tienes que hacer con mimo, con mimo hacia lo que haces y con mimo hacia las personas». «Eso es lo esencial y si hay alguien que sabe captarlo rápido son los niños. Yo siempre digo que yo no quiero clientes, yo lo que quiero son fans» (sonríe). Hay una diferencia enorme entre poner mimo y no hacerlo de cara también a fidelizar a la clientela. Esa fidelidad es clave porque «si ellos no te venden, tú no sobrevives en este mundo».

Delicadeza, cuidado, ciertamente cuando vas a una peluquería y te pones en manos de un profesional es lo que deseas y entre sus manos dejas un bien preciado, parte de tu identidad. Se ha demostrado así con la pandemia, su gremio está consiguiendo «sobrevivir» y eso no lo puede decir, tristemente, todo el mundo, algo que le apena. Habla de sobrevivir porque estima que se ha perdido en el camino en torno a un 40% del trabajo, pero el caso es poder seguir.

Salva, que es así como le llaman sus clientes, reconoce que antes de comenzar su vida laboral, la peluquería no estaba entre sus preferencias, (¡quién lo iba a decir!). «A mí lo que me tiraba era la aguja, sí, coser, y además le ponía bolsillos a todo». Pero las cosas dieron un vuelco, primero porque nadie le animó a seguir por esa vía y segundo porque ya para entonces estaba ligado, como lo sigue estando, a Fanny, su mujer, con la que lleva «desde que éramos adolescentes». Fue ella la primera en dar el paso hasta esta profesión, «aprovechó el tiempo en que yo hacía la mili para irse a Madrid, porque en Ávila no había esa posibilidad para formarse en peluquería». Después se sumaría Salva, pero pasó un tiempo. La incertidumbre de estar los dos en lo mismo, el no saber si tiraría o no para adelante, arriesgarlo todo... al principio costó.

 De hecho y aunque los primeros pasos los dio con Fanny también tenía un segundo trabajo, «estuve de electricista un par de años, lo compaginaba, pero sobre todo era peluquero de cara al fin de semana». Era un trabajo (bueno, dos)desde luego de muchas horas que en muchos casos obligaba a sacrificar los tiempos de descanso, muchas horas sin duda, pero que al final han merecido la pena porque 37 años después ahí siguen, en el mismo barrio que les vio nacer como empresa, cerca del parque de SanAntonio y un lugar muy cómodo para el cliente porque «se aparca muy bien».

 

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Su cielo estrellado para el que ya tenemos hasta premio (en relación a la certificación de Reserva Starlight para todo el Parque Regional de Gredos). Creo que los cielos de Ávila son únicos o casi únicos.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Me gusta todo porque es monumental. Soy un enamorado de Ávila.

¿Y lo que menos le gusta?

El abandono que tenemos por parte de ciertos políticos en relación a la comunicación. Y que es una cuestión política porque son ellos los que se tienen que mojar en esto.

Un lugar para perderse. 

¿Capital? ¿Puede ser la provincia? Me quedo con el sur, con el Tiétar.

Un recuerdo de la infancia.

Las nevadas, aunque acabemos de pasar una es lo que más recuerdo, las grandes nevadas de entonces.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Caprotti, el pintor. Conocí a su mujer y tuve un trato muy agradable con ella, me hizo quererle a él, a sus cuadros y a su vida. Además es la tumba más bella de todo el cementerio. Al lado hay otra muy bonita que pusieron hace unos años. Está justo a la entrada del camposanto. Y es que al cementerio me gusta ir cuando hacen las visitas guiadas, me encanta. Ycomo a esas visitas al cementerio voy a las otras turísticas que salen de la Catedral, de donde salgan. Es una forma maravillosa de escaparse a través de estas charlas.

El mayor cambio que necesita Ávila es...

Comunicación

¿Qué tiene que mantener?

Su estructura porque la que tiene está bien hecha, la veo perfecta.

¿Qué le parece Ávila hoy?

Una ciudad envejecida. Me duele que la mayor parte de los jóvenes se marchen. Es triste y lamentable. Pero necesitan salir de aquí para ser creativos. Yo para formarme he tenido que salir de aquí y tenía que sacrificar los domingos para hacerlo (ahora nadie quiere perder un domingo, es lo que tiene el cambio de generaciones).

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Si conseguimos crecer en lo rural con esos cielos, con el turismo y tecnologías para trabajar desde este entorno... Yo lucharía por conseguir eso y por trabajar eso para crecer.

¿Qué puede aportar usted a Ávila?

Yo la ilusión, el apoyo a todos mis compañeros de profesión para lo que me necesiten. Mano tendida y la unión para el sector de la peluquería.