Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Órdago a la grande

22/12/2021

La ruptura del acuerdo de gobierno con Ciudadanos y la disolución de las Cortes anunciada por Alfonso Fernández Mañueco es la crónica de una muerte anunciada. Más allá de las traiciones esgrimidas por el presidente de la Junta, pesa sobre todo la opción de una nueva moción de censura por parte del PSOE en marzo, que, de prosperar, daría alas al líder de la oposición, Luis Tudanca.

La decisión salomónica del jefe del Ejecutivo puede definirse como poco ortodoxa en plena sexta ola de la pandemia, pero en la política de estos tiempos de agravio y cambalache eso no deja de ser una cuestión estética que, además, carece de impacto en la consecución de votos.

Con esta decisión, Fernández Mañueco rompe con un matrimonio de conveniencia que ya daba señales de desconfianza mutua, algo que pudo visualizarse en septiembre a raíz de la sanidad rural. Al dirigente salmantino le caracteriza una forma de ejercer la política de aparente prudencia y lento caminar, pero su firmeza y capacidad de memoria sobresalen cuando se trata de saltar al ruedo a torear morlacos como Igea, quien tuvo un exceso de protagonismo en los primeros meses de la legislatura. Y eso tampoco lo olvida Mañueco. Ya era notoria la falta de comunicación entre ambos, acostumbrados últimamente a representar una obra de teatro sin guion.

Pero, lo que ha acabado por romper la baraja ha sido la negociación de los presupuestos, con un PSOE anunciando el sábado su respaldo a las enmiendas de Por Ávila y la consiguiente desactivación del PP abulense. Ese escenario, en el que Cs no era ajeno, suponía un claro riesgo de contagio en otras provincias, donde los movimientos de corte localista al amparo de la España vaciada podrían menoscabar la mayoría electoral del PP. Todo eso fue la percha perfecta que le dieron a Mañueco para lanzar este órdago a la grande y convocar elecciones a pesar del delicado momento sanitario.

Las elecciones de febrero, sin que concurran los comicios municipales a la vez, serán toda una prueba de fuego para la fortaleza de un líder a quien, visto lo visto, no le tiembla el pulso, aunque nade a contracorriente.