La fiesta en la que mandan las mujeres

SPC
-

Más de un millar de personas se han reunido en el barrio segoviano de Zamarramala para asistir a la celebración con motivo de las fiestas de Santa Águeda, declarada de Interés Turístico Nacional

La fiesta en la que mandan las mujeres

Las mujeres han tomado el mando este domingo en el barrio segoviano de Zamarramala con motivo de las fiestas de Santa Águeda, según manda una tradición de casi 800 años de antigüedad que pone el foco en las mujeres, aunque no se reconozca como una festividad "feminista".

Más de un millar de personas se han reunido en el barrio segoviano de Zamarramala para asistir a la celebración, declarada de Interés Turístico Nacional y popularmente conocida como "la fiesta en la que mandan las mujeres".

Cada año, se nombra a dos Alcaldesas, que toman el poder de forma simbólica y se conceden varios reconocimientos a mujeres con un papel destacable en su ámbito.

La fiesta en la que mandan las mujeresLa fiesta en la que mandan las mujeres

La tradición recoge una leyenda que data del año 1227 y atribuye el éxito de la reconquista del Alcázar de Segovia a las zamarriegas, quienes según el relato se vistieron con sus mejores galas y penetraron en la fortaleza para entretener a los guardias con sus bailes para que los tercios segovianos pudieran tomar la fortaleza.

Además, la fiesta honra a Santa Águeda (230-251), mártir de Catania (Italia) a la que, en tiempos del emperador romano Decio, se le cortaron los pechos antes de acabar con su vida, hecho que se conmemora cada 5 de febrero en el calendario cristiano.

En honor y recuerdo a estas figuras femeninas, se ha concedido un año más todo el protagonismo a las mujeres durante este domingo, en el que si bien se han lanzado algunas proclamas por la conquista de la igualdad de la mujer, no se ha condenado de manera expresa del machismo, ni pronunciado la palabra "feminismo".

La fiesta en la que mandan las mujeresLa fiesta en la que mandan las mujeres

La vocal del Concejo de Aguederas Elena de Andrés, que fue Alcaldesa de las fiestas en 2018, ha explicado este aspecto en una entrevista con Efe: "No es una fiesta feminista para nada, ni machista tampoco; sólo queremos la igualdad, es lo único que queremos", ha manifestado.

La Aguedera ha reconocido una posible contradicción entre el tinte reivindicativo que se pretende dar a la fiesta con algunas tradiciones que envuelven al festejo, como el requisito del Concejo, del que forman parte unas 145 mujeres, que exige que las candidatas estén casadas o vivan en pareja para formar parte de él.

Para Elena, todo radica en conservar las costumbres: "Es así de siempre y esta es una fiesta de mucha tradición", ha declarado al respecto.

Sobre las once y media de esta mañana, las Aguederas han acompañado en procesión la imagen de la santa por el barrio de Zamarramala con sus bailes típicos, seguidas por algunas autoridades de Segovia.

A continuación, se ha llevado a cabo el tradicional juego de banderas y la escolta de las alabardas, que simbolizan a las arrebatadas a los sarracenos en la batalla, y el baile de las Alcaldesas con el Alcázar de fondo para reproducir el cuento popular.

Después de una misa, más de un millar de personas se han reunido en la plaza para la entrega de nombramientos oficiada por las Alcaldesas de este año, Mónica Martín Gil y Yolanda Cubero Otero.

Las mandatarias hoy han entregado a la periodista Nieves Herrero el galardón de "Matahombres de oro" por su labor como comunicadora, y el especialista en obstetricia y ginecología Ignacio Bermejo ha recibido el nombramiento de "El Ome bueno e Leal".

El distintivo de "Aguederas Honorarias y Perpetuas" por su representación social, cultural o política, se ha otorgado este año a la gestora cultural Gina Aguiar Bartrina, la diputada provincial Noemí Otero, la matrona Carmele Anabitarte y la médico especializada en oncología María Isabel Gallegos. La ilustradora Mónica Carretero ha dado el pregón, durante el que ha recogido detalles de la leyenda en la que las zamarriegas se engalanaron para penetrar el Alcázar "sin necesitar ningún caballo de Troya", mientras dejaban la cena preparada: "Porque las mujeres estamos a todas", ha señalado.

Después del discurso, todo el público se ha unido al grito de "¡Viva Santa Agueda, viva Zamarramala!" y las Alcaldesas han procedido a la quema del pelele, un muñeco de paja con carteles en los que se leían palabras como "injusticia", "guerras" o "desigualdad" que ha sido rociado en gasolina y prendido fuego.