Es posible que antes de la pandemia buena parte de la población no reparara en solicitar la tarjeta sanitaria de desplazado precisamente al trasladarse a un lugar distinto a su residencia habitual para disfrutar de unos días de vacaciones o bien para pasar una temporada en el pueblo, algo que a raíz de la covid-19 quizá sea más tenido en cuenta precisamente por si en el transcurso de esa estancia se necesita atención sanitaria. Pero un hecho más constatable aún es que, a raíz de la pandemia, un mayor número de personas han optado por pasar más tiempo en sus segundas residencias situadas en los pueblos de la provincia de Ávila, buscando precisamente la seguridad sanitaria que brinda el medio rural abulense y huyendo de las aglomeraciones que propician los contagios.
Así lo confirma la cifra de tarjetas sanitarias de pacientes desplazados solicitadas en la provincia de Ávila a lo largo de 2021, que fue de 38.277, según la cifra facilitada por la Junta de Castilla y León a esta Redacción que, comparada con la del año anterior, supone más del triple que los pacientes desplazados registrados en 2020, cuando fueron 11.159 las tarjetas sanitarias de desplazados solicitadas.
A qué puede deberse esa gran diferencia entre ambos años, cabe preguntarse. Si bien es cierto que 2020 fue el año del confinamiento domiciliario, que se prolongó durante casi tres meses y que impidió viajes y movimientos, a ello se sumó después la restricción de movilidad entre comunidades autónomas, que estuvo activa en al menos dos momentos distintos del año y que también limitó los desplazamientos. No obstante, también lo es que una vez acabado el confinamiento fueron numerosas las personas que optaron por salir de las grandes ciudades en las que tienen su vivienda habitual para asentarse en nuestros pueblos. Pese a todo, tantas restricciones dejaron las tarjetas sanitarias de desplazados bajo mínimos, remontándose en 2021 hasta superarse las 38.000, de las que 37.772 corresponden a desplazados procedentes de otras comunidades autónomas (Madrid sigue siendo la que más pacientes aporta, con diferencia) y 505 a ciudadanos que, teniendo su residencia en Ávila u otras provincias de Castilla y León, solicitaron ser atendidos en una zona básica de salud diferente a la suya habitual.
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