La MLS (Major League Soccer), la liga de fútbol profesional de Estado Unidos, tuvo un inicio de temporada de lo más mediático. Aunque el protagonista no fue el fútbol en sí, sino las condiciones climatológicas de un partido en concreto, el que disputaba el Colorado Rapids contra el Portland Timbers.
Para engaño de los seguidores que acudieron a sentarse en las gradas, el campo recibió a los equipos con el césped verde aunque una nada agradable temperatura de -7ºC, unos 19º Fahrenheit, igualando la marca más baja registrada en un partido, el del estreno absoluto del Minnesota United en marzo de 2017.
Los asistentes pronto comprendieron que la jornada iba a ser fría en el Dick’s Sporting Goods Park de Denver, Colorado, pero no esperaban hasta que punto.
La nieve comenzó a caer al tiempo que disminuía la temperatura, hasta alcanzar los -8ºC (17ºF) y convertir al encuentro en el más frío de la historia de la MLS estadounidense. Jugando sobre una gruesa capa blanca y algunas zonas con hielo, en varias ocasiones los empleados del Colorado tuvieron que salir con palas a definir las líneas divisorias del campo y porterías, nadie planteó suspender el partido en ningún momento.
El compromiso terminó con empate 3-3 gracias a un gol en el 94' de Andre Shinyashiki, que igualó el marcador para alegría de los Rapids y la locura de las gradas, donde los aficionados aguantaron el frío entre cánticos y vítores.