Borja Montón y la magia de la alegría

Mayte Rodríguez
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La gala infantil puso el broche final este domingo a Ávila Mágica con un espectáculo articulado en torno a las tres esencias: la diversión, los sueños y la valentía

Borja Montón y la magia de la alegría - Foto: Isabel García

Aunque la lluvia amenazó con aguar la fiesta y los paraguas llegaron a abrirse en el patio de butacas al aire libre del Episcopio, finalmente la magia hizo de las suyas y la gala infantil a cargo de Borja Montón que ponía el cierre a Ávila Mágica pudo desarrollarse este domingo.

El viaje por la ilusión por el que transitaron los asistentes comenzó con un cubo de Rubik y terminó con una camisa de fuerza, pasando por un trayecto en avión, una hucha llena de monedas de oro y dos bateadoras de la misma familia. Todo ello tamizado por la magia de Borja Montón, marcada por la alegría que él le imprime a un espectáculo en el que desde el minuto uno el mago conecta con el público y le carga de energía. El hilo conductor de la gala fueron las tres esencias que el mago leonés anima a recuperar en un singular reencuentro con el niño que todos llevamos dentro: la  de la diversión, la de los sueños y la de la valentía, cada una representada con un color que estuvo bien presente en el escenario.

Quizá el momento más entrañable de la gala fue cuando Borja Montón presentó su caja de recuerdos, en cuyo interior guarda -entre otros- su primera baraja de cartas, con la que quiso empezar a ser mago con 11 años y  con la que, casi dos décadas después, esta vez sí logró hacer magia gracias a la ayuda de un público con el que contó una y otra vez a lo largo del espectáculo, llegando incluso a proponerles ponerse una camisa de fuerza sobre el escenario, haciendo un guiño al gran ilusionista Houdini.

Pero seguramente quien más disfrutó fue Ángel, el joven abulense al que la magia de Borja Montón llevó de viaje hasta El Cairo en un trayecto en avión en clase premium con Coca-Cola incluida. Eso sí, Noa probablemente salió ayer de la gala preguntándose si una vez en casa lograría sacar monedas de su pelo con la misma facilidad con la que lo había hecho el mago.