El Palacio Los Serrano reabre con dos exposiciones

D.C
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Los artistas abulenses Javier Paradinas y Raúl Mayo muestran su obra en el espacio cultural de la Fundación Ávila

El Palacio Los Serrano reabre con dos exposiciones - Foto: Ana I. Ramirez

El Palacio los Serrano, espacio cultural central de la Fundación Ávila, reabrió sus puertas después de más de tres meses de cierre por culpa de la pandemia de la covid-19, vuelta a la normalidad que se centró en la posibilidad de ver dos exposiciones de otros tantos artistas abulenses que ofrecen maneras muy diferentes de entender el arte plástico: Javier Paradinas y Raúl Mayo.

La muestra de Raúl Mayo, titulada ‘Embalajes’ y comisariada por Miguel Ángel Espí, fue inaugurada el pasado 5 de marzo, pero la llegada del confinamiento la interrumpió muy pronto y por eso se ha decidido darle esa segunda vida.

La propuesta la llenan una treintena de piezas que juegan con el visitante, la mayoría de ellas colgadas en la pared de la sala a modo de cuadros –con los fondos (patrones y bajorrelieves), velados por un enrejado de papel– y otras cinco –esculturas de hombres abúlicos sobre altas sillas– ocupando un espacio que arranca en el suelo, concebidas y colocadas de tal manera que aunque parece que a veces se estorban en realidad están creando un constante diálogo, no solamente entre ellas sino también con la sala y con el espectador, protagonista este último al que a veces se convierte en parte interactiva del conjunto.

La exposición, que su autor ha buscado que sea «inmersiva» por el camino de convertir la propia sala en parte activa de la muestra, cuenta también con unos paneles con sonido y con grandes «celosías» creadas con papel que implican al espectador a través de la reivindicación del aspecto social de la persona. Además de esa treintena de obras en las que el mundo de la escultura y las geometrías son las principales protagonistas, la muestra cuenta con dos intervenciones en el espacio expositivo que enriquecen la oferta primera y buscan una implicación activa del espectador con lo que se le pone ante sus ojos y le invita a reflexionar.

javier paradinas. La muestra de Javier Paradinas, que también tiene a Miguel Ángel Espí como comisario, regala al visitante la oportunidad de disfrutar de la obra de un artista siempre reticente a exponer en solitario, tanto que su anterior cita en singular con los amantes del arte tuvo lugar en 1992 en la ciudad de San Sebastián.

Para este encuentro con el público de su tierra, Javier Paradinas ha seleccionado una treintena de pinturas que van desde el año 1992 hasta el 2010, obras en las que siendo siempre protagonista el paisaje abulense (el rural y el urbano) se aprecia una coherente evolución que, como explica el propio artista, va desde «el naturalismo hasta la abstracción pura», pasando por un tiempo de transición en el que «se percibe como me suelto plásticamente».

Colores ‘grandes’ y a veces planos que definen paisajes sosegados de amplios horizontes, en los que las líneas horizontales toman el mando frente a las verticales, definen una colección de piezas que desvelan amplios espacios panorámicos en los que domina una compleja y agradecida sencillez plena de cielos.

Con esta muestra, añade Paradinas, ha querido también hacer «una reivindicación del paisaje, un tema que creo que está menospreciado» y que a él le ha gustado «siempre y especialmente» un campo que ha querido tratar hollando el terreno que luego llevaba al lienzo, en un afán de hacer «visible lo invisible». La exposición, que agradece mucho tanto a la Fundación Ávila como a Espí, tiene también un lado de homenaje a dos amigos que se han ido: el también pintor Miguel Ángel Gómez, con quien salió muchas veces a pintar al campo, y el profesor de arte José Luis Gutiérrez Robledo.

Ambas exposiciones pueden visitarse hasta el día 31 de agosto, solo en horario de mañana (de 10,00 a 14,00 horas) de lunes a sábado.

La reapertura, que Fundación Ávila asegura que se hace tras adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad sanitaria para sus usuarios y trabajadores, está avalada por un informe externo y llega tras un intenso trabajo de adaptación a la nueva realidad sanitaria que asegura las condiciones higiénicas de las instalaciones, que incluye un curso de formación sobre prevención ante la covid-19 que han recibido los trabajadores en su incorporación.