El hombre del tiempo

Charo Barrios
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El físico Albert Barniol presenta junto a otros cinco meteorólogos el libro 'El desafío del clima', con el que pretende que las personas entiendan más esta materia y cómo proteger el planeta

El experto subraya que cada vez son más largas las olas de calor y más extremas

Albert Barniol (Barcelona, 1972) es licenciado en Físicas, pero si está aquí es en su condición de capitán de un equipo peculiar: el de El Tiempo de TVE, que integra junto a Núria Seró, Marc Santandreu, Andrés Gómez, Martín Barreiro y Silvia Laplana. Juntos salen ahora de la pequeña pantalla y firman un libro: El desafío del clima (HarperCollins Ibérica), cuyo subtítulo es una declaración de intenciones: Entender el tiempo y el cambio climático para salvar el planeta.  

«El cambio climático es algo tan global, con tantas ramificaciones y que estamos estudiando mientras sucede que entenderlo y saber cómo hacerle frente es muy difícil», asegura Barniol. De ahí, su propuesta, una historia para que el lector pueda entender este fenómeno y sus consecuencias globales.

El clima de un lugar determina su paisaje, la biodiversidad que habita en él, las costumbres de las gentes que allí viven; por tanto, si cambia, se modificará también todo esto. «Estos cambios atmosféricos nos afectarán a todos, aunque es cierto que los hábitats más sensibles o las gentes más vulnerables sufrirán más sus consecuencias en todo el planeta, y cómo no, en nuestro país». Aquí, el clima semiárido avanza por el sur y centro de la Península, los glaciares del Pirineo se reducen, la diversidad de nuestros bosques va a menos. «Hemos intentado hacer un análisis real de lo que ocurre y no puedo decir que no sea alarmista, porque un punto de alarma es necesario».

El Equipo de El Tiempo, y quien aquí se desempeña como su portavoz, diferencia los problemas medioambientales del que existe con el cambio climático. El objetivo principal, a escala planetaria pero también a nivel estatal, ha de ser la reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero, en especial el CO2. Sostienen, de acuerdo con los consensos internacionales, que, si lo logramos en los próximos años y mantenemos el calentamiento global entre 1,5 y dos grados centígrados, habremos alcanzado nuestro mayor objetivo. En este sentido, la ley del cambio climático que se aprobará en breve es una buena noticia que va en la dirección correcta.

Escuchando a Barniol, uno puede imaginarlo informando de fenómenos hasta ahora poco habituales, pero cada vez más frecuentes, y pensando: esto no debería suceder. Eventos extremos, que antes no se daban o se registraban con menor frecuencia, empiezan a ser más frecuentes y, cada vez más, los estudios demuestran que estas condiciones son atribuibles al cambio climático. Sabe que no es fácil poder demostrar que tal ola de calor o que ese temporal de frío o nieve están relacionados con el cambio climático; lo que sí se puede saber que con las condiciones actuales estos fenómenos son mucho más probables. «Cada vez hay menos dudas de su relación directa. Olas de calor más largas y extremas, temporales marítimos más duros o temporadas de huracanes más intensas son consecuencias que los modelos climáticos predicen y que se están cumpliendo. Esta es nuestra realidad ya».

Albert habla con entusiasmo de su equipo, muy capaz y unido. Cada uno asume su responsabilidad, pero las tareas de pronóstico, recopilación de datos, elaboración de contenidos… lo hacen de forma colectiva, lo cual «mejora el trabajo de todos y hace que la información meteorológica que ofrecemos a nuestros telespectadores sea mejor». En los últimos tiempos han incorporado a profesionales procedentes de canales autonómicos: «En general, las mujeres y hombres del tiempo en España nos conocemos y nos llevamos muy bien».

En lo que a su equipo respecta, en los últimos 15 años han trabajado para tratar de informar, pero también de formar, explicar qué tiempo hará y por qué en la creencia de que cuando el telespectador entiende las causas por las que lloverá hace suyo el pronóstico y te ganas su confianza. «La meteorología es algo que incide en nuestro día a día. Saber qué tiempo hará ayuda a saber cómo vestirse o qué planes hacer. Como decía, el clima determina cómo somos y cómo vivimos. Y la información meteorológica habla, en parte, de ello».

Complicidad

Ahora, con este libro, vuelven a buscar la complicidad de quienes siguen sus predicciones, también la de otros lectores, pero a quienes, por ocupar puestos de responsabilidad política, social y económica, tienen en sus manos buena parte de la tarea de parar el cambio climático. Porque son ellos, los políticos y los presidentes de las grandes corporaciones, los que deben tomar las decisiones adecuadas. Lo peor, lamenta Barniol, es que son perfectamente conscientes de lo que se cuenta en el libro, «de lo que se trata es de que empiecen a actuar en consecuencia». A los autores les gustaría que su mensaje llegue a la gente que tiene algunas dudas sobre el cambio climático, pero que, al mismo tiempo, tiene interés en él y que, sobre todo, tiene claro que asumen una gran responsabilidad con las futuras generaciones para dejarles un planeta donde puedan vivir.