La Catedral de Ávila ha vuelto a abrir sus puertas a las visitas, aunque en estos momentos se está terminando de restaurar la zona de antesacristía y sacristía, por lo que está restringido el paso a ellos en ellas. No obstante, se irá abriendo conforme vayan finalizando los trabajos y se pueda volverá a disfrutar de nuevo de esta zona.

Estas obras son parte de un proyecto que pasó por la Comisión Territorial de Patrimonio y que, aunque ya empezadas, aún queda más de un mes para su finalización. Aún así, ahora no se está haciendo todo lo que se ha aprobado sino que se está llevando a cabo limpieza de muros, rejuntados y rejuntado suelo, lo que supone que por el momento no se llega ni las restauraciones de puertas ni muebles, según especifica el encargado de Patrimonio de la diócesis, Óscar Robledo.

Esta decisión, de la que también dependerá el presupuesto final y cuya ejecución se irá viendo, no impide que la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Ávila aprobara la propuesta de intervención en las antiguas sacristías de la Catedral de Ávila consistente en una serie de trabajos para recuperar el pavimento y paramentos de dos salas, eliminando morteros de cemento y cal en diferentes acabados para unificarlos, realizando rejuntados con mortero de cal apropiado en color y textura dando un aspecto unitario y garantizando el buen comportamiento de los mismo con el transcurrir del tiempo. 

Además se da el visto bueno a trabajos para eliminar repintes que cubren elementos de rejería, «realizados con purpurinas de muy baja calidad y que aportan un efecto estético no deseable, con la recuperación de la decoración pintada en la bóveda de la antigua sacristía reintegrando las partes de policromía perdidas», indica el acuerdo de la Comisión.  Igualmente se incluye en el proyecto general la intervención en el ventanal del muro sur, «muy transformado, con vidrios de diferentes épocas, pudiendo ser practicable para poder ventilar el espacio y con la unificación de la composición de vidrios y el trazado de su despiece». Se recoge también que la reja que lo protege al exterior será también tratada para garantizar su conservación material. 

Se propone intervenir además sobre el «extraordinario aguamanil», realizado en piedras duras, reintegrando partes faltantes y recuperar su volumen original, también sobre algunos de los bienes muebles como son cajoneras o una magnífica puerta en madera tallada. Aún así, Óscar Robledo señaló que ahora no se está interviniendo en los muebles.

La comunicación entre antesacristía y sacristía se realiza mediante una puerta realizada en piedra y atribuida a Vasco de la Zarza. En la intervención aprobada se propone recuperar parte de las jambas de dicha puerta que se encuentran ocultas por un mortero de cemento, con su limpieza y el estudio los restos de policromía apreciados.

La intervención quedaría rematada con la colocación de una iluminación adecuada que acentúe tanto los valores arquitectónicos de estos espacios como la riqueza de su contenido, garantizando su estado de conservación.