Llamados a la huelga 300 empleados de medianos supermercados

Mayte Rodríguez
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UGT y CCOO piden una subida salarial anual del 3% que permita «sacar de pobres a los trabajadores», mientras que la patronal solo está dispuesta a aumentarlo un 1,5%, de ahí que la primera jornada de huelga se haya convocado para el 7 de diciembre

Llamados a la huelga 300 empleados de medianos supermercados

Los empleados de los supermercados de mediano tamaño que operan en Castilla y León cobran de media 900 euros netos al mes, una retribución insuficiente a juicio de UGT y CCOO, que reclaman una subida salarial acorde a los beneficios que las empresas obtuvieron durante la pandemia y que la patronal no parece estar dispuesta a aceptar, de ahí que ambos sindicatos hayan convocado a los trabajadores a varias jornadas de huelga previstas para el mes que viene. «Los sueldos que están pagándose no tienen razón de ser en un sector como el de la alimentación, que ha ganado mucho dinero durante la pandemia a costa del sacrificio de los trabajadores y que ahora no dejan de subir los precios de sus productos, pero que nunca se acuerdan de subir los sueldos a sus trabajadores», denuncia Ana Isabel Gómez, secretaria de Organización de Comercio de UGT en Ávila. 

Unas 300 personas trabajan en la provincia de Ávila en los supermercados de mediano tamaño que se rigen por el convenio regional que regula las relaciones laborales en este tipo de establecimientos comerciales, que en territorio abulense afecta a supermercados situados en la capital, en Arévalo y en Sotillo de la Adrada, principalmente. 

«Llevamos con subidas salariales ridículas desde hace dos años, negociando año a año exclusivamente por salvar los muebles y lo que pide la patronal es rídiculo: tan solo un 1,5% de subida, que a los trabajadores les supone tan solo 15 euros al mes, lo que no permite sacar de pobres a los trabajadores», critica Gómez. 

Ante esta situación, que para los sindicatos no permitiría a las plantillas salir de la actual precariedad laboral, UGT y CCOO piden a las empresas «que se sienten a negociar en serio» y, según defienden, eso pasa por «subidas del 3% anuales hasta el año 2025» cuando, además, «el IPC real está en el 5,5%», advierten los representantes sindicales. La propuesta de la representación de los trabajadores busca que esa subida salarial del 3% anual permita, de manera escalonada, alcanzar los 1.200 euros netos al mes para el año 2025, una subida que consideran «justa para conseguir que las plantillas perciban unos salarios dignos», advierten desde los sindicatos. 

Ana Isabel Gómez se pregunta si es que «los trabajadores que hasta hace poco eran esenciales ya no lo son» y califica de «vergonzoso cómo se posicionan ahora las empresas de alimentación, que se han hecho ricas durante la pandemia y ahora resulta que solo tienen pérdidas», ironiza la responsable de Comercio de UGT de Ávila, quien reclama que la patronal repercuta en los sueldos de sus plantillas beneficios que «llegaron a ser del 200% durante la pandemia», argumenta. 

Así las cosas, las centrales sindicales convocan a la huelga a los trabajadores para los días 7, 23, 24, 30 y 31 de diciembre, aunque consideran «muy importante» que el primer día de movilización la respuesta de los trabajadores sea contundente y unánime. «Es muy importante que el 7 de diciembre todos vayamos a la huelga y no se abran las tiendas porque si ese día la patronal ve que no puede abrir, creemos que acabarán sentándose a negociar en serio y no será necesario ir a la huelga el resto de los días», que además están estratégicamente colocados en el calendario coincidiendo con los días más potentes de la campaña navideña. 

De momento, los delegados sindicales están tratando de «concienciar a los trabajadores» en la necesidad de secundar estos paros por la fuerza que tienen ante las cadenas de supermercados.

Se trata, además, de un sector en el que mayoritariamente trabajan mujeres. «Son plantillas muy feminizadas» y en las que buena parte de las empleadas «tienen reducciones de jornada por cuidado de menores», que al final es sobre las que recae la conciliación de la vida laboral y familiar, con sueldos «muy bajos y condiciones precarias» que UGT y CCOO creen que es el momento de ir mejorando, coincidiendo con la bonanza para el sector que ha supuesto la pandemia.