Una sensación que Marea

Víctor Martín
-

Unas 2.000 personas acudieron a una cubierta multiusos que acogió el concierto que la banda de rock ofreció en Ávila

Una sensación que Marea - Foto: Isabel García

«Buenas noches compadres y comadres· fueron eran las primeras palabras que decía sobre el escenario un Kutxi Romero que hasta entonces solo había estado acompañado por la batería. Acto seguido comenzaron a sonar los acordes de ‘En las encías’, la canción principal del nuevo disco, mientras a su vez entraban por los laterales el resto de músicos. 

La puesta de escena comenzaba en un entorno, de aspecto sencillo, que podría llegar a parecer simple, pero que en verdad fue todo un acierto, pues ningún tipo de elemento distrajo a los asistentes. Apenas cuatro pantallas hexagonales y unos cuantos focos iluminaron una escena en la que la música y el mensaje fueron todo lo que se pudo observar desde la pista.

El concierto discurría de una forma normal, hasta el final de la tercera canción, cuando los operarios tuvieron que irrumpir en medio de la interpretación para solucionar un problema de sonido de la batería. Poco más tarde, sería Kolibrí, guitarra solista del grupo, el que tendría que cambiar su guitarra de forma prematura, «hace mucho calor, y sales con la guitarra que no está templada..., y al acabar esa canción, note que se bajaba de afinación. Esa guitarra realmente aparece tres temas después, asique simplemente he adelantado eso. Esto está siempre coordinado, he mirado a mi Backliner, y hemos cambiado como en 6 segundos, para no perder el ritmo de la actuación» comentaba Kolibrí tras la actuación.

Continuaba el concierto, intercalando las canciones más conocidas del grupo con las de su nuevo disco, motivo principal de la gira. Este bucle solo fue interrumpido por Kutxi, que se tomó un minuto para encenderse un cigarrillo y beber un trago.

Con el espacio entre la quinta y sexta canción, hizo acto de presencia el poeta Manolo Chinato, que acabó un recital de versos con el famoso ‘Ama, ama y ensancha el alma’ de Extremoduro.

Entre cigarro y cigarro de Kutxi, se iban sucediendo los temas, y fue con las primeras notas de ‘Corazón de Mimbre’, cuando por fin el público entró en calor y comenzó a seguir con euforia las letras de la banda. Más o menos en la mitad de la actuación, Kutxi, el vocalista, dejó al Piñas al mando durante dos canciones en las que interpretó bajo y voz.

Se sucedieron los minutos, y por fin llegó otro de los temas más esperados, ‘La luna me sabe a poco’, un tema que terminó de encender a los presentes, en el buen sentido de la palabra, un momento que Kolibrí recuerda con sensaciones: «Se nota que es una ciudad muy caliente, no tan grande como otras de la gira, pero me ha gustado, ha salido muy bien».

El final estuvo marcado por tres pausas silenciosas, en las que a muchos le entraron unos puntos de ansiedad al poder maginar que Marea se iba sin tocar gran parte de su repertorio. Después de esos parones, el espectáculo se reanudó, una de ellas con ‘El área interpretando’ y la última con ‘El perro Verde’, sin duda la canción más solicitada de la actuación para llegar justo al final, culminando así una sesión que dejó boquiabiertos por todas partes de la pista. 

Marea culminaba así una actuación que tuvo de todo en cuanto a espacio musical, y que casó perfectamente con los fans que se encontraban en el recinto. Como curiosidad, Kutxi, mientras sonaba ‘El Perro Verde’, bajo a la valla para cantar con un niño de 10 años. El vocalista se fue definitivamente esta vez dejando una sensación de plenitud general, tras la interpretación de la mayoría de canciones populares, que amenizados por artistas de este calibre se convierte en uno de los shows de música en vivo de los que no se puede perder nadie, lo que mitifica aún más al entorno de la banda, que según informaciones previas puede que no vuelva a suceder tras acabar esta gira.