Tres monumentos abulenses a la Lista Roja de Hispania Nostra

I.Camarero Jiménez
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La Consejería de Cultura suscribirá un protocolo de actuación con esta asociación para «mejorar la fiabilidad» de esta herramienta «aportando criterios técnicos» y ayudando a subsanar datos «contradictorios»

Tres monumentos abulenses a la Lista Roja de Hispania Nostra - Foto: Isabel García

En Hispania Nostra, una asociación sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública y que trabaja desde el año 1976 en la defensa, promoción y puesta en valor del patrimonio cultural y natural español, entienden que «patrimonio somos todos».  Entre sus acciones más llamativas está la publicación de la Lista Roja de Patrimonio, una forma de llamar la atención sobre bienes que sufren un importante deterioro de cara a que no se acaben perdiendo y, en este sentido hay que lamentar que recientemente varios enclaves abulenses pasaron a engrosar esa lista, uno de ellos está en la capital abulense y los otros en Bonilla de la Sierra. Se trata por un lado del palacio de Don Pedro del Águila, que data del siglo XVIy que es de propiedad privada y por otro, la muralla y el castillo-palacio de Bonilla de la Sierra. Mucho se ha hablado de este último que entró en la lista ante todo porque «se encuentran en un estado de conservación pésimo. La vegetación se localiza por todas partes y están completamente abandonados», explica Hispania Nostra. 

El caso de Ávila capital es más complejo por el hecho de ser de titularidad privada. El palacio no cuenta con protección específica legal y de él cuenta la asociación que lo incluye porque «existe riesgo de derrumbe y de destrucción para la construcción de viviendas» sujeto al «expolio» de algún modo si no se actúa la pérdida será irreparable y estamos hablando de un «ejemplo único en la ciudad de este tipo de arquitectura». 

Del estado de conservación apuntan en su web que: «Del edificio original se conserva toda la fachada sur sin prácticamente remodelaciones desde 1546, época de la que data, también sigue en pie el zaguán con una estructura de puertas no alineadas predominante en la arquitectura palaciega del XVI en Ávila y una crujía del patio con columnas de orden toscano.

Ahora bien todo el solar del edificio se halla «abandonado y con la cubierta destruida casi en su totalidad, a principios del siglo XXI apuntan «se tapiaron las puertas y ventanas con ladrillo y cemento. Su fachada principal se encuentra combada hacia la calle, con riesgo de derrumbe y cubierta de pintadas y suciedad», desarrollan. Además hasta haceun tiempo el edificio se encontraba en venta por lo que entienden existe grave riesgo de destrucción intencionada para la construcción de viviendas.

Tristemente también este palacio no es el único monumento de la capital abulense que se incluye en esta lista.Es un clásico, que además repite desde el año 2007, el convento de Santa María de Jesús, mucho más conocido como Las Gordillas. Se trata de un Bien de Interés Cultural y como tal goza de protección y el propietario está obligado a su mantenimiento. Allá por 2015 y ante la inacción de los propietarios, La Junta de Castilla y León realizó una actuación subsidiaria por valor de 150.000 euros de la que apenas hoy quedan restos y la destrucción ha seguido avanzando. La Dirección General de Patrimonio Cultural, tras aquella intervención dejó claro que se trataba de «evitar un deterioro mayor» y puntualizó que «se trataba de la intervención mínima necesaria que puede abordar la Administración para evitar una degradación aún mayor del inmueble». 

Precisamente con la Dirección de Patrimonio Cultural hablamos sobre esta Lista Roja y lo que opina de ella y en este sentido nos avanzan que: « Se quiere contribuir a mejorar la fiabilidad de la Lista Roja, aportando criterios técnicos y ayudando a subsanar los datos contradictorios que tiene. Por ello, se ha contactado con los responsables de Hispania Nostra con el fin de ayudar a que esta lista sirva para lo que realmente interesa, que es favorecer la conservación y protección del Patrimonio Cultural. En este sentido, está previsto suscribir un Protocolo de colaboración con la citada Asociación, para lo cual se ha preparado y enviado un borrador, que confiamos pueda cerrarse en próximas fechas».

Un avance sin duda. Pero volvemos al hecho de que Las Gordillas siga en la lista roja y a los motivos de su entrada en ella. Sigue porque la actuación de la Dirección de Patrimonio no fue suficiente. Y se incluyó  por «el peligro de hundimiento».

Recuerdan que la iglesia adjunta sigue en funcionamiento, pero el resto del convento «está prácticamente en ruinas». En agosto de 2013, recuerdan debido al abandono y a la acumulación de maderas, el claustro sufrió un incendio. Hablamos de un convento fundado en 1502 por María Dávila, casada con Fernando de Acuña, virrey de Sicilia, Perteneció a las clarisas y fue uno de los monasterios «más importantes de Castilla». En 1971 fue abandonado por las religiosas. Es un gran inmueble «y buena fábrica», con una iglesia sencilla que forma una nave con tres bóvedas baídas de piedra y con portada corintia.El convento desarrolla un claustro de nueve columnas por un lado, esbeltísimas de orden dórico, sosteniendo zapatas y arquitrabes de berroqueña; el segundo cuerpo es semejante, pero de menos altura. El refectorio tiene cubierta de arcor carpaneles sobre repisas y alfarjías atravesadas encima;su púlpito de piedra tiene relieves con niños guirnaldas y carteles,Cuenta con coros también notables por sus ricas bóvedas de fina crucería semigótica, la de abajo muy aplanada y las de arriba, elegantes. Desde luego algo digno de conservar pero que poco a poco se va destruyendo. Suma ya seis años de inacción y la última intervención no sirvió para parar el deterioro que sigue avanzando.

Retomamos esa última incorporación de Bonilla de la Sierra sin duda en lo patrimonial uno de los grandes municipios abulenses. El castillo y el recinto amurallado son del siglo XIII. Hubo para él reformas y mantenimientos importantes sobre todo porque Bonilla paso a ser Señorío de los Obispos de Ávila. El castillo fue residencia de verano de los prelados hasta el siglo XIX. Con la desamortización se desvinculó del Obispado.