«Un rugby sin melé no es rugby, es otro deporte»

A.S.G.
-

José Ignacio Romero, entrenador del Rugby Ávila Club, sigue muy de cerca el retorno de un deporte que tras el COVID-19 busca su sitio. «La esencia del rugby no se puede perder»

«Un rugby sin melé no es rugby, es otro deporte» - Foto: Ana I. Ramirez

Todo «iba rodando muy bien» hasta que llegó el COVID-19, «hasta que llegó el parón». Estaban contentos por cómo iba la temporada en el Rugby Ávila Club, reconoce José Ignacio Romero, entrenador del primer equipo desde el 2014. Pero hubo que frenar «en seco». Fueron días tristes, no sólo por lo deportivo «sino por todo lo que hemos tenido que vivir». Se paró entonces pero se sigue parado ahora en una situación extraña para un deporte de contacto que mira con preocupación al futuro, tanto a corto como a medio plazo. «Hay que tener claras las medidas de seguridad» pero no menos «que la esencia del rugby no se puede perder». Porque en estos días este deporte debate dentro de sí cómo readaptarse a la llamada ‘nueva realidad’, cómo convivir con el COVID-19 mientras no exista una vacuna. El debate está servido en un equilibrio complicado al que se busca una respuesta de difícil solución. «Un rugby sin melé o sin placajes no es rugby. Es otro deporte, no será rugby» tiene claro José Ignacio Romero sobre lo que es la esencia de este deporte.  

«A nivel internacional y a nivel de FederaciónEspañola de Rugby lo que se está estudiando y planteando es que el rugby siga siendo un deporte de contacto aunque se limiten ciertas fases de juego para evitar el desarrollo en continuidad de ese contacto» explica José Ignacio Romero a la espera del pronunciamiento de los diferentes organismos, aunque «sí se prevé que baje el tiempo de contacto en las melés, retirar la opción de la melé en ese momento de juego en el que puedes pedirla junto a la opción de tirar a palos o jugar a la mano, un mayor dinamismo en las abiertas o que el placaje sea directamente a las piernas». De momento todo indica que «lo que se quiere es acortar los tiempos de contacto, pero aún así la esencia del rugby no se puede perder. Se descafeinaría este deporte» aguarda a lo que pueda deparar todo esto.

Preocupa que se pierda esa esencia. «Se está trabajando en un rugby donde los jugadores estuvieran libres de contagio para poder jugar al rugby tal cual es. Será obligatorio tomar muchas medidas de seguridad en vestuarios, con el material...»  Aguardan a la evolución en estos primeros meses. Será decisivo para conocer cómo puede ser el futuro del rugby en la 2020-21. «Si practicamos este deporte es por su esencia y los valores que mueve por detrás. Desde los diferentes organismos están trabajando con pies de plomo para ver cómo evoluciona el tema» explica un entrenador que espera que lo que pueda ocurrir la próxima temporada lo siga viviendo dentro del Rugby Ávila Club.

Llegó en el 2014 cuando el club buscaba un entrenador con el que liderar el primer equipo y encontró en José Ignacio Romero mucho más. El madrileño se implicó con el equipo abulense para convertirse en una de las piezas claves de su engranaje a todos los niveles. «Me gustaría seguir y si no hay nada raro continuaré en este proyecto en el que me siento tan a gusto y querido desde el primer momento»  comenta el entrenador en una relación que, todo indica,  seguirá adelante una temporada más en la que el primer equipo seguirá compitiendo en Castilla y León. «Hay que seguir creciendo» se pone de nuevo como reto deportivo.

Sexta posición en su segundo año en la Liga Norte Asisa Castilla y León

Segundo año del Rugby Ávila Club en Castilla y León –durante cinco temporadas compitió en la Liga Regional de Madrid– y sexto puesto para los magentas en un complicado curso 2019-20 al que José Ignacio Romero le pone buena nota. Porque este año la competición subía el nivel debido al aumento de equipos en un grupo único. Se notó. Porque la liga pronto se partió en dos. En la zona alta los equipos con experiencia en categorías superiores –tanto a nivel de club como de jugadores– y con aspiraciones al ascenso a la División de Honor B, y a partir de ahí un segundo grupo de equipos entre los que se encontraba el Rugby Ávila Club, que en su primer año (2018-19) en Castilla y León fue quinto en una competición con siete equipos. Este año, con nueve equipos, ha finalizado sexto en una temporada cerrada con premura.