El Óbila ya tiene nuevo presidente

J.M.M.
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Carlos Hernández-Guío releva a Raúl Álvarez al frente del club con el objetivo de asegurar su viabilidad «para que haya 20 años más de baloncesto en Ávila»

El Óbila ya tiene nuevo presidente - Foto: David Castro

Carlos Hernández-Guío toma el relevo de Raúl Álvarez como presidente del Óbila Club de Basket, y lo hace con el firme objetivo de asegurar la viabilidad del club «para que haya 20 años más de baloncesto en Ávila».

Carlos Hernández-Guío, que se convierte en el quinto presidente del Óbila desde su fundación en 2001, en sus primeras palabras como presidente, agradeció a Raúl Álvarez «la labor que ha desarrollado durante esta última temporada», a la que definió como «muy difícil, muy complicada, en la que se ha hecho todo lo posible en lo deportivo con los medios que disponíamos, y por la importante tarea que se ha hecho por la estabilidad del club por la contención del gasto en lo ecónomico que se ha intentado esta temporada, aunque ello pudiese conllevar el descenso deportivo, que es lo que ha terminado sucediendo».

Hernández-Guío afirmó que asume la presidencia «con muchísima ilusión, con muchas ganas y también con mucha responsabilidad por la tarea que esto supone». Así recordó que «hace 20 años, por estas fechas, trotaba por el parque de San Antonio con las 20 ó 30 personas que jugaban al baloncesto aquí en Ávila, no eran muchos más, y 20 años después te das cuenta de que son cientos los niños y niñas que practican este deporte y era algo inimaginable» entonces. A su juicio eso es «precisamente lo que tenemos que preservar. No ver el descenso deportivo a EBA como un drama, sino como una oportunidad para empezar a sanear económicamente el club, poquito a poco dentro de nuestras posibilidades, porque la situación lleva siendo crítica muchos años».

Hernández-Guío defendió que la labor de contener el gasto de la última temporada «ha sido importante, pero creo que debemos aprovechar para coger impulso, para empezar a sanear económicamente al club y garantizar que dentro de otros 20 años pueda seguir habiendo cientos de niños y niñas que practican el baloncesto en nuestra provincia». Y recalcó que el «mejor activo del Óbila son la afición y la cantera, y vamos a intentar conservarlo y mejorarlo a lo largo de esta próxima temporada».

Entrando en detalles de la próxima campaña, el nuevo presidente del Óbila confirmó la inscripción de la primera plantilla en la Liga EBA, así como del resto de equipos de las categorías inferiores del club, y «la próxima semana, o a más tardar la siguiente», se dará a conocer la composición de la nueva directiva y se empezará a planificar tanto deportiva como económicamente la misma.

Hernández-Guío afirmó que «haremos una primera plantilla en EBA que será competitiva, e ilusionante, que permita seguir disfrutando de un buen espectáculo de baloncesto los fines de semana en el Carlos Sastre», y al mismo tiempo «prestaremos mucha atención en reforzar la cantera, depurar los fallos y los problemas que pueda haber para tener un ejemplo de cantera en el baloncesto autonómico, y a ser posible nacional». 

También tuvo palabras para los patrocinadores por «el apoyo que siguen dando este año a pesar del descenso de la categoría», y anunció que «vamos a buscar más patrocinadores, más apoyos, vamos a intentar incrementar la masa social y, de esta manera, fortalecer la estructura del club e ir dotándolo, poco a poco, de mayor participación y un poco más de transparencia, de manera que el Óbila no sea solo su junta directiva o sus socios, sino que podamos transmitir y que todos los abulenses seamos partícipes de este deporte que todos amamos».

Sobre la situación económica del club, recalcó que «estamos preparando una planificación económica del equipo. Vamos a intentar ver cómo estamos de cuentas, qué compromisos hay adquiridos de pago, ya que durante el año pasado y éste se han cerrado varios acuerdos para ir afrontando la deuda, y lo que queremos es afrontar la deuda de una vez por todas, y que dentro de diez años podamos no hablar de deuda del Óbila, ni de deuda histórica ni de nada que se le parezca».

adiós de álvarez. Por su parte, Raúl Álvarez, como ya había anunciado, deja la presidencia del Óbila por motivos personales, porque «el Óbila necesita un tiempo que yo no le puedo dar, un tiempo que se le tengo que dar a mi familia», si bien mostró su disposición a seguir colaborando, fundamentalmente desde la cantera, y recalcó que «para mí y para el Óbila es lo mejor» que de este paso.

Álvarez aseguró que «ha sido un año bastante duro, a la vez que muy intenso, en el que lo hemos intentando hacer lo mejor posible, tanto yo como mi directiva», a los que agradeció su «apoyo durante este año y estar ahí en las buenas y en las malas». De igual modo, mostró su agradecimiento a las distintas instituciones abulenses y sus responsables (Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Ávila, Diputación Provincial de Ávila y Ayuntamiento de Ávila), así como a los distintos patrocinadores privados de la entidad (Carrefour, El Bulevar, Bankia, Hotel Cuatro Postes, así como «a todas aquellas personas que han puesto un euro en el Óbila en este año»). A su vez, también dedicó unas palabras de gratitud a los medios de comunicación «por el trato recibido».

En cuanto a la persona que toma su relevo, Raúl Álvarez expresó que «en Carlos vamos a tener un buen presidente, una persona leal, trabajadora, que sabe estar siempre ahí». Finalmente, y sobre el balance que hace de esta etapa, la definió como «corta pero intensa. En lo económico hemos intentado equilibrar el presupuesto, casi lo hemos conseguido, y hemos dejado menos deuda que otros años». Y a nivel deportivo reconoció que «hemos fracasado, ha sido un año muy duro, pero toda la directiva teníamos la idea clara de que no íbamos a endeudar más al club para mantenernos en Plata. Renunciamos a los fichajes y eso seguramente nos condenó al descenso». Por otra parte, hizo una valoración positiva del trabajo en la cantera, animó al nuevo presidente a que continúe esa senda que se ha abierto, y apuntó que ese trabajo se verá «en cuatro o cinco años».