La temporada del Ávila Auténtica Carrefour El Bulevar ha tenido, sin lugar a dudas, un nombre propio, el de Jaume Lobo. Porque el escolta catalán, formado en la cantera del UBSant Adriá, se convertía en su primera experiencia lejos de casa en el mejor anotador de las categorías nacionales. Un jugador que cerró la temporada con 28,5 puntos de media por partido. Alcanzó los 40 ante el Universidad de Valladolid o Santo Domingo Betanzos cuando la treintena de puntos ya eran habituales en sus estadísticas. Caja Rural Zamora, Culleredo o Calvo Basket Xiria, entre otros, sufrieron la capacidad anotadora de un escolta que llegaba al tramo final desatado. Tenía calidad, pero tenía algo mejor a su lado, sus compañeros. «Sin los demás no lo hubiera conseguido» apunta José Antonio Sánchez.
«Ha sido un jugador diferente, no sólo para nosotros sino para la propia liga y para todos. Está claro que el éxito ha sido suyo» pone sobre la mesa José Antonio en un año en el que no han faltado las charlas y conversaciones. «El año es muy largo y en ocasiones surgen conflictos, cosas que corregir, pero eso forma parte del crecimiento del equipo. Y cuando se gestiona bien ayuda a sumar y hacer al equipo más fuerte» desvela el entrenador sobre lo que ha sido el año en el vestuario. «Es un jugador que ha dado el máximo nivel. En partidos en los que estábamos cabizbajos su espíritu competitivo, su valentía, le ha definido».
Los 28,5 puntos por partido son mérito suyo, pero «sin los demás no lo hubiera conseguido. Todos han aceptado que si alguien debía hacer un tiro de más, era él» comenta el entrenador en una importante gestión de roles dentro del vestuario. «Todos hemos aceptado que fuera la referencia, el jugador que más tiros hacía pero también él fue capaz de darse cuenta de que aquellos pocos partidos en los que no ha estado, estaba el equipo. Al final el bloque era lo importante»
Un jugador que pasadas las Navidades tuvo la oportunidad de salir. «Estuvo acertado en acabar aquí la temporada». Pero la EBAse le queda pequeña. «Está claro que es un jugador que me llevaría a otra categoría, pero aún es joven, le queda mucho por delante. La decisión de dar el salto sólo él la puede tomar. Debe ser él quien acierte o se equivoque. Me gustaría que sus pasos siempre fueran hacia adelante».