Las excusas más surrealistas de la pandemia

EFE
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Los Mossos d'Esquadra recopilan en un año largo las explicaciones más inverosímiles de los ciudadanos a los que pararon, y en la mayoría de los casos multaron, por saltarse el confinamiento domiciliario durante el estado de alarma

Las excusas más surrealistas de la pandemia - Foto: EUROPA PRESS

Aunque desde el 9 de mayo no está ya en vigor el estado de alarma, la Policía catalana ha aprovechado la ocasión para repasar las excusas más estrambóticas dadas por los ciudadanos desde marzo de 2020 para intentar esquivar las restricciones de movilidad provocadas por la COVID-19. Este es un recopilatorio de las explicaciones más variadas a las que han tenido que enfrentarse los agentes.


Maradona

La muerte de mito argentino del fútbol Maradona fue el pretexto de un hombre al que se denunció cuando volvía a su domicilio desde el Arco de Triunfo de Barcelona. Y eso que lloraba.


Perros

Cuando salir a pasear al perro era motivo justificado para salir de casa, algunos salieron a la calle con un periquito, un cerdo vietnamita o una cabra.


Sexo

Un hombre se saltó el confinamiento por un servicio sexual a domicilio, que, en su opinión, era esencial. Y una mujer también lo hizo para ir a casa de un hombre al que acababa de conocer en una aplicación de contactos.


Reparaciones

Un operario de mantenimiento de líneas eléctricas viajaba con toda su familia escondida en la caja posterior del vehículo industrial de la empresa. Las fugas de agua han sido utilizadas por particulares, con el maletero del coche lleno. 


La Moreneta

Una excusa recurrente fue la de ir a poner una vela al monasterio de Montserrat, incluso para un hijo aspirante a mosso, o a hacer una promesa a ese lugar. Un varón alegó que su mujer estaba embarazada y que tenía un capricho: comer requesón hecho en el santuario.


Báscula

Un hombre comentó a los agentes que le pararon que debía ir a su puesto de trabajo porque se había dejado la báscula y llevaba dos semana sin pesarse.


Hijos

Hay denuncias a padres localizados lejos de su domicilio con la excusa de que su hijo necesitaba que le diera el sol, o una conductora que alegaba dar vueltas con el coche por la noche para poder dormir a su hijo.


Reloj

Un vecino argumentó que se tenía que desplazar forzosamente a otra ciudad para cambiarle la pila al reloj, porque ese aparato era el único en el que confiaba para no desorientarse.


Relaciones de pareja

Algunos ciudadanos, al saltarse el confinamiento, argumentaron como razón de peso que tenían que salir de casa porque su mujer era insoportable o bien porque ella estaba histérica. 
la policía, en el foco. Hubo personas que argumentaron que se escapaban literalmente de la Policía porque tenían miedo de la propia Policía. En este afán de cuestionar las prohibiciones o a los propios agentes de la autoridad, los Mossos también se encontraron con ciudadanos que les decían que se reivindicaban como seres libres, que les sugerían que dieran prioridad a las víctimas de agresiones sexuales en lugar de hacer cumplir las restricciones por la pandemia o incluso algún delincuente habitual que reclamaba su derecho a ganarse la vida también en pandemia.
Asimismo, otro alegó que quería comprobar expresamente si la sancionarían por incumplir el confinamiento.


Ginecólogo y más

Tantos meses de pandemia dan para mucho, y en todo este tiempo los Mossos también han descubierto razones de vital importancia para algunos: ir al ginecólogo a 200 kilómetros de distancia. También se gastó mucha gasolina para llevar una chaqueta al hijo para una entrevista de trabajo o comprar un robot de cocina.


Carajillo

Otro conductor al que pararon en una carretera de la comarca del Baix Ebre que iba cargado con bolsas llenas de bebidas alcohólicas también dio otra razón de peso. Venía de hacer la compra semanal, pero la razón que dio él fue que, con los bares cerrados, necesitaba poder tomar el carajillo en casa.

 

Cocinillas

Los Mossos d’Esquadra también pararon a un hombre que alegaba que tenía que ir urgentemente a casa de su hermano porque este no sabía cocinar y, claro, alimentarse era y es algo esencial.
vegana. Una mujer decía que necesitaba de forma imperiosa ir a una tienda para veganos a pesar de tener un comercio de ese tipo en su ciudad.