Otro hueso duro, otro examen. El primero, ante la Gimnástica Segoviana, dejó sensaciones extrañas. No fue sólo la derrota, fue todo lo demás. Fue una tarde en la que el equipo no sólo estuvo lejos de la imagen que venía mostrando en los primeros compases de la temporada y que ya había anunciado en pretemporada, sino que se quedó tocado por la grave lesión de Sito Cruz. Pero el paso de los días lo cura todo. Del susto, a la tranquilidad. Que la operación de Sito Cruz haya sido un éxito ha sido fundamental para empezar a recobrar el ánimo. Para terminar de recuperarlo se mira al domingo, cuando los encarnados se pongan frente a otro de los equipos llamados a pelear por el ascenso, la Arandina. Y aunque los de El Montecillo no hayan comenzado el curso como esperaban, con dos partidos de por medio suspendidos por culpa del COVID-19 que les ha impedido coger el ritmo deseado, en el Real Ávila la precaución es máxima. «La Arandina siempre es un equipo a tener en cuenta» avisa José Manuel Jimeno, entrenador de los encarnados. Ahora la clasificación no es aún un termómetro fiable para medir a nadie.  

Porque los de Alejandro Izquierdo se quedaron sin jugar las dos primeras jornadas. La Granja y la Cultural Deportiva Cebrereña aún aparecen en el ‘debe’ de los partidos de un equipo que comenzó su andadura con la liga ya en marcha y con una dura derrota (3-0)ante el Mirandés B pero que hizo del duelo ante el Bupolsa (4-3) su primer triunfo. «Vendrá con el subidón y con ganas de recortar distancias» espera de su rival José Manuel Jimeno.

Vendrá con ganas el rival y le aguarda con no menos el Real Ávila. «El otro día ante la Segoviana no fuimos el equipo que veníamos siendo» reconoce el entrenador madrileño. «Es evidente la dificultad del rival que teníamos enfrente» pero por su parte son conscientes de que no salieron las cosas como se quería y esperaba. Por eso el Ávila espera «con hambre, con ganas» y a buen seguro con la ilusión de dedicarle el triunfo a Sito. Este domingo habrá dedicatoria.