«Chopin es mucho más que sus célebres nocturnos»

D. Casillas
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José Luis López Antón se acercó en el ciclo 'Contando la música' al célebre compositor e intérprete polaco, un creador del que destacó su virtuosismo al piano y el hecho de que «fue más reconocido en vida casi que Bach»

Llegó este lunes a su ecuador el ciclo 'Contando la música' del presente año, iniciativa coordinada por el director de orquesta José Luis López Antón y organizada por el Ayuntamiento de Ávila para invitar a la población abulense a que conozca un poco mejor –y disfrute un poco más– la música clásica, y lo hizo acercándose a uno de los compositores más relevantes del siglo XIX, Chopin, uno de los más destacados representantes del movimiento romántico en este arte.

Explicó López Antón que, después de que la mayor parte de las charlas de este ciclo hayan estado «centradas en la música orquestal», había considerado oportuno «focalizarnos en un compositor que es eminentemente pianista y pianístico, ambas cosas, porque pertenece a la figura de los intérpretes-compositores, como puede ser también Sarasate o Leonard Bernstein», y lo ha hecho así «porque creo que era conveniente cambiar un poco de género, pasando del maremágnum de sonidos de la orquesta a esta manera de hacer mucho más íntima que son los piezas en pequeño formato de piano de Chopin».

En cualquier caso, recordó el director de la Orquesta Sinfónica de Ávila, «Chopin es mucho más que sus célebres nocturnos, y ahí está la clave de su producción; es un compositor que viene de la corriente de los intérpretes-compositores y su obra está centrada en el piano, prácticamente no tiene obras orquestales, y aparte de esos conocidísimos nocturnos proliferan en su producción obras de pequeño formato de cuatro o cinco minutos de duración como pueden ser las polonesas, basadas en el folklore de su tierra, o también las mazurcas, que es un género muy trabajado por él».

Siguió explicando López Antón, acompañando su palabra con ejemplos de la música de Chopin de la que hablaba para así hacer su charla más didáctica y amena, que «el folklore está muy presente en la producción de Chopin, y también en los conciertos de piano aparecen este tipo de danzas, en este caso estilizadas, pero que sí tienen ese carácter de los ritmos propios», que es algo parecido a lo que hacen otros compositores como por ejemplo Manuel de Falla en España, «en cuya obra para orquesta y para piano hay muchas de las danzas del folklore andaluz y español».

Considerado en su época «un grandísimo solista, un intérprete virtuoso como Rachmaninof o Prokofiev que pertenecen a ese género de compositores-intérpretes», comentó el ponente que Chopin «fue más reconocido en vida casi que Bach, aunque la huella de éste es más indeleble lógicamente». Entrando un poco en su anecdotario vital, recordó que «Chopin tuvo la mala fortuna de sufrir graves problemas de salud, fundamentalmente una enfermedad pulmonar casi considerada tuberculosis» para la que buscó «en Mallorca los aires que le favorecieran en la recuperación, pero tuvo la mala suerte de que se toparon con el año que llovió allí más que nunca».