1·Cataluña: ¿elecciones ya?

Con un partido groggy y sin líder, y el divorcio entre ERC y JxCat, que remontó en las generales, los de Puigdemont y el PSC quieren elecciones cuanto antes. Para colmo, Manuel Valls, si se presenta, puede darles la puntilla. ¿Sería un buen cabeza de cartel?

2·Organización: frágil economía 

Tal y como le sucedió al PP el pasado 28 de abril, la situación en Ciudadanos es ahora dramática. Tras esos comicios, los liberales percibieron 5,1 millones de euros. Ahora, solo uno. Y de 124.225 euros al mes en subvenciones pasan a 45.725. 

3·Autocrítica: evitar recaídas

Reclutar cadáveres políticos no pareció muy buena estrategia, salvo excepciones como Joan Mesquida, ya que eso desanimó a unas bases cada vez más débiles. Tampoco es positivo que sea un partido tan personalista como el que hubo con Rivera. 

4·Cohesión: tender puentes

Grandes valores como Toni Roldán se fueron dando un portazo, así como el galáctico Manuel Valls, un político con mayúsculas del que una formación tan joven debería aprender. Recuperarles podría generar malestar interno... y euforia en el exterior.